LXIII Edición: Temporada de lluvias

Author: Rosario

¡Se va el treeeeeeennn!

Mi querida nieta Pilar:
Decidí contar esta anécdota para dejar por escrito los recuerdos que tengo de mi infancia; tengo unos muy malos, pero esos prefiero dejarlos atrás. Escribo para obligarme a recordar, no sea que pronto me gane la partida el olvido y entonces no sepa ya ni como me llamo. […] Tenía yo ocho años aproximadamente, recién llegada de la mixteca oaxaqueña a la Ciudad de México, corrían los años cuarenta del siglo anterior… Ya soy muy vieja, ¿verdad?
Una vecina, que pronto se identificó […] Leer

Altar de muertos

Es de noche y el susurro de la abuela me despierta de mi sueño infantil. Está rezando frente a la “mesita de los santos”, una vieja mesa de madera cubierta con un mantel de flores grandes, bien planchado con almidón. Dos jarroncitos con flores a cada lado de la mesa lo adornan. Cada domingo, la abuela llega con un ramo diferente de flores: claveles, margaritas, nardos blancos o gladiolas rojas. A los santos no los deja sin flores, ni veladora al centro.
Ella reza de pie frente a un amplio repertorio de imágenes […] Leer

Este que ves

La imagen que me devuelve el espejo es de otra que no soy yo. A mis 85 años no me reconozco con todas las arrugas y manchas que pintan mi piel. Los párpados caídos me dan una apariencia de tristeza permanente y mi boca sonríe gracias a las prótesis que fingen ser mis dientes.
De mis brazos cuelgan, como dos orejas de elefante, lo que en otro tiempo fueron unos bíceps fuertes fruto del trabajo rudo. ¿Acaso no les bastaron horas y horas de fuerza para mantenerse en su lugar?
El espejo es mi enemigo […] Leer

Camino al Gólgota

Piche compadre, en la que me metió… Tengo harta calor, esta pinchi peluca pica y me da comezón, sabrá Dios si tenía piojos. Y yo sin poder rascarme. Esta túnica no es de mi talla, me queda grande, y la cruz pesa un chingo. Pinche compadre, viene y me dice, “compadrito, hazme la balona, te doy una lana en efectivo, ves que la tira anda tras de mí y tengo que irme de urgencia a otro pueblo, pero nadie quiere hacerla de Cristo en Semana Santa…”. Y acá estoy por puritita necesidá. […] Anduvo buscando a quién dejar su lugar… Leer

Doble fantasía

Conocí demasiado tarde a John, unos pocos años antes de que algún tarado lo asesinara afuera de su departamento en el edificio Dakota en Nueva York. El nuestro fue un romance breve pero intenso. La muerte nos separó de súbito y tardé mucho tiempo en recuperarme de ese golpe, de esa pérdida definitiva.
Recuerdo claramente esa mañana del 9 de diciembre de 1980 cuando me enteré de que la noche anterior le habían arrebatado la vida. Quedé en shock cuando los compañeros de la escuela lo comentaron; no se hablaba de otra cosa en la preparatoria. Leer

El chivero

Religiosamente, cada día, el chivero saca a las siete de la mañana a su docena de chivos para llevarlos a pepenar lo que encuentren en el amplio predio del pueblo. Pastar, sería la palabra correcta, pero en este predio casi no hay pasto, la hierba es escasa y los animales hurgan ansiosamente entre lo poco que crece debido al clima semiárido. […] El chivero es un hombre viejo de pocas palabras y de largas meditaciones. Enjuto como sus chivos, usa un pantalón vaquero raído, una camisa blanca que casi se transparenta de deslavada […] Leer

Lágrimas negras

En medio de la noche, en un estado de somnolencia, trato de escuchar lo que mis padres platican. Dormimos todos en el mismo cuarto donde también es sala y es comedor. Hablan ya muy tarde de cosas que no desean que me entere porque soy pequeña, pero yo paro bien la oreja. En el fondo, se escucha música ambiental, el programa de la XEB, “La B grande de México”, con su programa “Serenata XEB”. El locutor de voz elegante y seductora lee las cartas que el público envía. Los mensajes me distraen de mi labor de espía. Leer

La foto del recuerdo

Julia sabe que es domingo y que será día de fiesta. La abuela Praxeditas la llevará a ella y a sus primas como cada semana a visitar al abuelo, a comer con él. Tacos de frijol, arroz y huevos duros constituyen el banquete que va dentro de la cesta de mimbre.
La entrada del panteón Sanctorum está animada, vendedores de flores, veladoras y antojitos. El sepelio de un ser querido no impide el hambre ni limita la convivencia de sus parientes. En la entrada del panteón está el descanso, el último espacio que liga a los muertos con el mundo […] Leer

Amante a la antigua

Ahí está el apuesto caballero a la misma hora y en el mismo lugar de siempre. Como cada mañana, al cuarto para las ocho en punto, en el transbordo del metro Chabacano, está esperando. Usa un viejo traje café de los años setenta, de terlenka, de esos que no se arrugaban; corbata de modelo muy pasado de moda; zapatos de charol color vino y un sombrero tipo Carmelo Benítez, la pareja de la Rojo en Danzón. Su porte gallardo a sus setenta y tantos hace pensar que fue un galán en su época de juventud.
Miles de personas van y vienen […] Leer

Semana mayor

Cinco décadas atrás la semana santa era para mí una de recogimiento y reflexión cuando acompañaba a mi abuela en su tránsito del domingo de ramos al domingo de resurrección. No recuerdo que hubiera vacaciones de sol y playa en estas fechas, al menos no para nosotros. Para mi abuela, y para mí, eran de rememorar la pasión y muerte del joven nazareno que desafío al imperio de su tiempo y quien -además- se proclamó Hijo de Dios. Domingo de Ramos
Afuera del templo se extendían los puestos llenos de palmas […] Leer