LXIII Edición: Temporada de lluvias

Author: La mirada de la mosca

Carnaval

No cesan los bombardeos, el campo donde jugaban esta destrozado. /
Todavía recuerda a sus amigos que discutían por una falta en el área chica, / sus recuerdos viajan con él en la camilla donde está ingresando al quirófano, / le dijeron que es posible salvar sus piernas. / Todo arde, no hay control, el caos se apoderó de Puerto Príncipe, los niños corren / despavoridos, los tiroteos entre pandillas dejan caídos por todas partes. / Algunos logran subir a las balsas. Se lanzan al mar Caribe y, si tienen suerte, / las corrientes marinas […] Leer

La Divina Trinidad

– Me pasa un tostón, para completar usted sabe. Dígame ¿de qué está escribiendo?
– Me gusta escribir de gente como usted, Ángel. Son las doce de la noche ¿para dónde va?
– Voy por mi traguito, pa calentar la noche, está un poco fresca, no se preocupe yo le debo un par de tostones, pero en estos días cuadramos, yo no le quedo mal.
– Tranquilo, todo bien Ángel…
– Le cuento que anoche como a unos cincuenta metros de aquí, me encontré con un caco. Leer

La putrefacta

Europa, la que masacró a los CÁTAROS. El 2 de marzo de 1244, en Montségur, más de doscientos de ellos fueron quemados, antes y después de éste acto salvaje, había hecho el genocidio de miles de albigenses, después de 25 años de perseguirlos hasta exterminarlos.
Europa, la que quemó vivo a Giordano Bruno, el 17 de febrero de 1600.
Europa, la de los portugueses, belgas, holandeses, bárbaros mercaderes de personas, esclavistas que a penas hace siglo y medio abolieron la esclavitud.
Europa, la que negó a Epicuro. Leer

Yo siempre te amaré

Llegué puntual a la cita en el café de la esquina de Córdoba con Guanajuato, mis expectativas eran altas. La imagen que tenía de él… Un hombre de uno ochenta de estatura, setenta y cinco kilos de peso, nariz mediana, boca carnosa, manos de dedos delgados como de pianista, su cuerpo de complexión atlética.
La verdad con la que me encontré fue desastrosa. No medía más de uno con sesenta, pesaba más de ochenta y cinco kilos. No era atlético para nada.
Me habían recomendado Bumble, porque era una aplicación más […] Leer

Desde el jardín

Unas caen, otras buscan el sol, las demás se arremolinan. Su vecino está erguido, fuerte, robusto. Detrás de ellos aparecen imponentes esparcidas por el aire las anchas alas de la Palmera que le dan marco a este carnaval de verdes.
Vamos despacio, si no, el ojo no registra este abigarrado y multicolor espectáculo.
– Esa de ahí, ¿cuál es?
– Esa es una Orquídea.
– ¿Y aquella?
– Una Dalia.
– ¿Y éste?
– Un Lirio. Leer

La swinger del abuelo

¡Toc! ¡Toc!
– Tocan la puerta, están llegando.
– ¡Pasen!
– ¿Tu nombre?
– Flor.
– ¿Y el de él?
– Rob.
– ¡Continúen, bienvenidos!
– Van llegando más.
– Me llamo: Facundo y ella Violeta.
– ¿Y tú?
– Esmeralda.
– ¿Y él?
– Tomás.
– Ya llegan Monserrat y Paco. Leer

Entrando a otra dimensión

-¡Quédese quieto!
-Póngale un poco más de blanco como base.
-¡Qué se quede quieto! ¡Relax o no lo pinto!
-Ahora va negro alrededor de los ojos, azul arriba de las cejas y antes de los pómulos, luego imite dos cejas rojas en medio de la frente, un poco de rojo en la punta de la nariz, suficiente rojo en los labios y una linea del mismo rojo que se prolongue por las dos mejillas, que simule ampliar la abertura de la boca, para cuando ría se vea bronco, sarcástico, desencajado. Leer

Pasa desapercibido

– ¡Agache la cabeza!, ¡un poco más!, ya casi lo logra.
Una estructura de carne y hueso de dos metros y más de ciento treinta kilos de peso se apareció de repente, traía puesta una chamarra de los Lakers, pantalones cortos de color amarillo, tenis tipo Jordan número cuarenta y seis, y toda esa representación coronada por unas gafas RayBan de lentes oscuros.
Con un español agringado […] Leer

Las caras lindas

Se abrazan como dos osos, forcejean, luego se separan, se miran fijamente, manotean, se agarran de sus atuendos, se zamarrean.
Uno le realiza al otro una llave, luego lo traba con una zancadilla, ruedan por el piso, el que queda encima del otro quiere someterlo, el que está abajo arquea su cuerpo, sostenido en sus hombros, entregan todas sus fuerzas, el que está apunto de caer da un giro intempestivo y se zafa, se incorporan. Han transcurrido los primeros minutos, están exhaustos.
Regresan sus enormes cuerpos […] Leer

Mucho corazón

Dos chorritos de ron, un cubito de hielo, unas lágrimas de limón, ¡ay qué rico!
¡Súbele un poco al bajo, quítale algo de brillo, dale dos rayitas de volumen! Con este tragito de ron y ese bolero vamos entonando la tarde.
Hay que afinar la guitarra y nos la llevamos, cuando caiga el sol nos encontramos con el combo para ir al bar del compay.
Antes de comenzar la caminata otro tragito y que suene Camino del puente.
Marquémosle a la Flaca para que nos acompañe. ¿Cómo vas con el Tres?, el Gilo que traiga el Seis […] Leer

1 2 3