LXIII Edición: Temporada de lluvias

Carnaval

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

          Jorge Luis Borges

No cesan los bombardeos, el campo donde jugaban esta destrozado.
Todavía recuerda a sus amigos que discutían por una falta en el área chica,
sus recuerdos viajan con él en la camilla donde está ingresando al quirófano,
le dijeron que es posible salvar sus piernas.

Todo arde, no hay control, el caos se apoderó de Puerto Príncipe, los niños corren
despavoridos, los tiroteos entre pandillas dejan caídos por todas partes.
Algunos logran subir a las balsas. Se lanzan al mar Caribe y, si tienen suerte,
las corrientes marinas los llevarán a alguna playa.

Él le planta un beso en la boca, ella le responde con otro.
Ella lo abraza, él se recuesta en su regazo.
Tumbados en la tierra fijan sus miradas en las ramas frondosas,
sienten que hay esperanza.

No puede ingresar al quirófano, los bombardeos dañaron el sistema eléctrico.
Ahora queda menos tiempo, es urgente o sus piernas serán mutiladas.
En Gaza la humanidad es humillada.
Los templos, las escuelas, los hospitales, los centros culturales, todo ha sido destruido.
La risa es cercenada.
La risa es castigada.
La risa es prohibida.

A una balsa la corriente la fue a dejar hasta las costas africanas,
al menos los regresó con sus ancestros.
Otra barcaza fue a parar a Capurgana cerca de la selva del Darién. Ahora los más sanos y más fuertes intentarán cruzar los pantanos
y las colinas de ese paraje natural precioso pero agreste para los humanos.
Muchos haitianos se quedarán en territorio mexicano y miles de ellos
empujados por sus sueños irán hasta el muro del norte.

Tomados de las manos caminan por el bosque, no se sueltan, quieren sentir que se acompañan.
A lo lejos suenan muy fuertes las detonaciones, con estallidos el cielo se ilumina.
Están seguros que no es un bombardeo, saben que están lejos de Palestina.
Cuando están más cerca del barrio se escucha la gritería, hay caos pero no es Haití,
solo es la fiesta patronal, el torito está encendido, suena la música…
Bronco interpreta “Que no quede huella”.

Créditos de la imagen: La mirada de la mosca

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