LXIII Edición: Temporada de lluvias

Category: XXXV Edición (Temática: Autobiografías)

Y recuerda que…

Y recuerda que vas a morir y que la arena que estás pisando algún día fue parte de la pupila del ojo de la mujer más bella. Para eso te regalaron la calavera, para que no lo olvides y para que te cepilles los dientes. Es lo que quedará de ti. Decían que era práctica de los ermitaños, colocar una de éstas sobre el escritorio, junto a los libros. Todo lo que no has leído en contraste con el tiempo que te queda. Está bien que necesitaras presión, pero ya que te llegara por paquetería un cráneo verdadero y barnizado, junto con los maxilares y los dientes puestos […] Leer

Retrato

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
más recibí la flecha que me asignó Cupido […]
(Antonio Machado) Leer

Mi pleyel

Cuando mi tatarabuela nació, el cinematógrafo no se había inventado, pero las tardes no eran aburridas porque las reuniones sociales eran a diario: para bordar, platicar, leer ante toda una concurrencia y desde luego, para platicar sobre la Biblia, el libro más leído, más comentado, más antiguo y más traducido.
Casi todos los capitalinos eran poetas, bien sabían versificar y casi todos sabían tocar el piano o el arpa, para poner fondos musicales a cualquier recitador.
En los tiempos de mi bisabuela […] Leer

Casas en el cielo

Hasta muy grande creí que me había traído la cigüeña; no de París, sino del Cielo donde vivíamos todos antes de nacer. Una vez le pregunté a mi madre que cómo era el Cielo; me dijo que era un llano muy verde bordeado por un río donde había muchas vacas, chivos y cochis. Yo me imaginaba a las vacas y a los chivos pastando, y a los cochis revolcándose en los lodazales del río. Allá, mijo, nadie sufre hambre y cada quien come lo que quiere. A mí no me gustaban los huevos ni la avena y me decía: allá siempre desayunaré hígado o chorizo […] Leer

Las plumas de oro

Finalmente, la familia se reunió. Ya sin llanto recordamos a mi padre: la figura robusta y amable, de sonrisa fácil. Hombre ordenado y reflexivo su testamento no causó sorpresas y mi madre fue su heredera universal con el beneplácito de todos sus hijos quienes únicamente aspiramos a un recuerdo personal; la foto en su despacho, su reloj de bolsillo, la medalla de gimnasia, las plumas de oro… bueno, no. Esas no.
Las plumas de oro no, porque esas eran mías. Recordé perfectamente que mi espíritu de artista […] Leer

La Tusita, esa soy yo

Nací el día del cumpleaños de mi mamá, soy Aries y la más chica de tres hermanos. Me dicen la Tusita, por las películas de Pedro Infante, los amigos de mi padre solían identificarme como esa niña que le gustaban las cosas de niños. Tuve dos mejores amigos en la primaria y aún sigo queriéndolos igual. En la secundaría alguien rompió mi corazón y nunca más me paso algo igual. En la prepa no aprendí casi nada y casi me muero en accidente de auto. En la Universidad tuve una relación larguísima y otro mejor amigo, un señor de más de 60 años […] Leer

Autobiografías en las paredes

Tengo que decirle a Romina algo sobre mí, y según me ordenaron debe ser algo bueno. Me presento. Me promociono. Y me vendo. Habíamos charlado ya de esto. Una enorme sonrisa que me llegue hasta el cuello. Lo extraño es que me parezco más a una mueca de tristeza. No converso con Romina sobre esto, porque empezaría con la subjetividad, y la pérdida de peso. Romina hablaría del peso de las situaciones, de los triviales que son a veces nuestras conversaciones […] Leer

Soy abrazo de luz

Abrazo de luz, mi nombre es Natalia. También tengo nombre espiritual, Navsaroop. Me gustan los dos, resuenan bien. Tienen una frecuencia muy elevada. Nací en un año bonito, donde comienza la nueva era, 1960, en un día 13 del mes abril, era miércoles, 10:45, la luna tenia 17 días de nacida y menguando al 97% . Mi ascendente es escorpio y planeta marte. Mis padres biológicos, que amo y agradezco mientras este dentro de este cuerpo, los bendeciré porque me dieron esta oportunidad de darme cuenta de que soy esa chispa que vive dentro de él. Leer

Orfandad, historia y cocina

Dejaré claro mi lugar de enunciación, el que es absolutamente contradictorio. Por un lado, soy Francisco Robles Gil Martínez del Río y enuncio mis apellidos porque en ellos llevo la carga biográfica (a mis muertos), es decir, mi especificidad que nada tiene que ver con una pretensión de autenticidad frente a otros.
Por otro lado, soy un ciudadano mexicano en tanto que tengo mi registro ante el INE, pago impuestos y soy sujeto de derecho, es decir, de obligaciones. También soy un sujeto que por algunos años militó […] Leer