Category: XXXII Edición
El chivero
XXXII EdiciónReligiosamente, cada día, el chivero saca a las siete de la mañana a su docena de chivos para llevarlos a pepenar lo que encuentren en el amplio predio del pueblo. Pastar, sería la palabra correcta, pero en este predio casi no hay pasto, la hierba es escasa y los animales hurgan ansiosamente entre lo poco que crece debido al clima semiárido. […] El chivero es un hombre viejo de pocas palabras y de largas meditaciones. Enjuto como sus chivos, usa un pantalón vaquero raído, una camisa blanca que casi se transparenta de deslavada […]
El cuidador de rebaños, por una ferviente persona (II)
XXXII EdiciónEl Humber es más chingón que el arroyo debajo de mi calle. […] Y el Humber no es más chingón que el arroyo que corre debajo de mi calle. […] Es imposible confundirlos si los miras desde aquí; […] por eso, ninguno de los dos es muy grande…
El Humber es muy pequeño para los barcos. […] Aún así, es navegable para aquellos […] que ven siempre lo que “no está”: […] surge el recuerdo de las canoas. […]
El inicio y el fin
XXXII EdiciónMe sentaba en la sala de conciertos con una liberta mientras duraba el programa. Anotaba cualquier palabra para iniciar una frase. Así es como siempre he escrito los textos cortos. No sé cuál será su estructura, pero escribo y ya después modifico el principio o lo borro del todo. Es como un calentamiento, se tira una línea, luego otra. Se conectan las ideas. Escribir tal vez hace que cuando me siento en una banca de un parque resulte más atractivo para algunas personas que pasen a un lado. Hay veces que la primera frase si es buena […]
No soy lo que hice
XXXII EdiciónSentado en el piso, con la espalda apoyada contra la pared, Lucas abraza sus rodillas. Los ojos son dos lagos oscurecidos por el rastro escurridizo de su memoria. No es ciego, pero el único color que ve es el negro. A veces, evoca el gris del dolor y el rojo del odio. […] —Qué linda campera, Lucas –dijo Diego una vez-. ¿La compraste en liquidación y no había tu talle? […] —No, Diego –dijo Yohana-. ¿No ves que se la cosió la madre? La hizo más grande por si engorda. Así le dura más. […] Una catarata de piedras se estrelló contra su pecho.
La situación tapita
XXXII EdiciónSé que a todos les sucede el inconveniente de la tapita, sin embargo la siguiente problemática afecta a un porcentaje minoritario, por eso mismo la tapita me condujo a hablar de números, y de la poca democracia que existe en un porcentaje casi excluyente, que para evaluarse solo acepta como respuesta la sucesiva frase: “tengo problemas con la tapita”. Y ahí los tarados calculan que solo un %5, entre ellos usted que está leyendo, y yo que estoy escribiendo, ha descubierto la existencia de una insignificante tapita […]
Nubes sobre el Wayna Pichu
XXXII EdiciónRecorría sola el Machu Pichu y por casualidad se enteró de que, por la hora, siendo aún muy temprano, podía subir una montaña más alta que reposa al lado, el Wayna Pichu, menos visitado. […] Marta empezó a caminar, no sabía qué tan largo iba a ser el recorrido. Las escaleras de subida eran desiguales y pequeñas, debía tener cuidado. Pensaba en Antonio y en cuánto le hubiera gustado que estuviera allí con ella. Seguro iría callado, pero su presencia era suficiente, antes de que dijera una palabra ya se sentiría feliz.