LXIII Edición: Temporada de lluvias

Idiosincrasia de los amigos

Los espectadores continuaban con sus aplausos para la pareja de Karen y Ricardo (campeones mundiales de salsa) desde sus butacas, mientras Don Francisco, sobre el clamor de los presentes introducía al escritor Belerio Fontes. 

Belerio apareció en el escenario acompañado de una rubia mas alta que él, que caminó a su lado deteniéndose a unos cuantos metros del host.

-¡Y aquí lo tienen, publico querido!– exclamó Don Francisco y la audiencia enloqueció.

Belerio sorprendido por el vitoreo y las porras tímidamente levantó la mano derecha en señal de saludo y el foco del reflector rebotó en sus lentes después de cegarlo brevemente, pero no lo suficiente como para no ver el sillón de color amarillo mostaza que le estaba reservado en ese momento, pues en el anterior, un hipnotizador había recién convencido a una mujer que ella sería feliz toda su vida.

Belerio, que había presenciado dicho performance detrás del telón del escenario, dudó si en verdad así pensaría ella de su vida ahora en adelante o si era una mera actuación de dos personas que así se ganan la vida. En todo caso, si ella y él estuvieran en contubernio, ¿quién pagaría por ver ese show? Y sobretodo, ¿cómo lograron llegar a tener tanta fama como para llegar a Don Francisco?

-Gracias D,on Francisco, es un placer estar aquí – dijo Belerio con una sonrisa mientras se acomodaba en el asiento y no dejaba de pensar en que quizá, el Show de Don Francisco no era tan chingón.

-El placer es mío Belerio. Es un gusto tener personas del mundo de la literatura con nosotros. Yo también, fíjate, soy un escritor y tengo un bestseller– dijo Don Francisco sacando debajo del escritorio uno titulado Don Francisco Con Ganas de Vivir. Aparecía él en la portada, con mucho filtro, pero a fin de cuentas él.

-Si, Don Francisco, yo tampoco nunca le había leído, pero uno de esos está en mi camerino y lo leí. No sabía que usted es de Chile, nunca lo imaginé-. Belerio se detuvo para observar el asentimiento del host y agregó -y eso que yo lo veo a usted en la tele desde que tengo recuerdos, desde que empecé a tenerlos de niño, pues.-

El público rio y Don Francisco dibujó un gesto en su rostro insinuando como que el comentario no era el más prudente de todos. Sin embargo, el momento pasó y la participación de Belerio inició.

-Bueno Belerio, cuéntanos, ¿cómo es que se te ocurren estas ideas para tus historias?

-Pues mire usted Don Francisco, que resulta que tengo un tumor cerebral- él publico exclamó un ooooohhh y Don Francisco los volteó aplacando el ruido con gestos de sus brazos y el entrevistado continuó con la respuesta- pero es muy cómico todo fíjese usted. Pues yo, a manera de broma, decía que de eso estaba enfermo a personas que me preguntaban, ¿de dónde sacaba tantas ideas? Y quiero aclarar que no necesariamente buenas ideas, sino tan solo ideas.

-A ver, a ver, jovencito. Me está diciendo usted, ¿qué su genialidad literaria viene de un tumor cerebral?

-Si, Don Francisco, y es terminal también. Dijo el especialista en la última consulta que me quedan aproximadamente sesenta días de vida. Se trata de un meningioma y ha sido muy sutil por que parece ser que sólo he sufrido cambios en mi personalidad.

-Pero ,¿cómo es eso Belerio? ¿Qué cambios en tu personalidad has tenido que lo delataron? O, ¿cómo fue que te lo descubrieron?

-Pues miré usted, un día me desperté y dije, ya no quiero ser yo. Y me cambié mi nombre a Belerio Fontes, porque en esos días tuve una lectura en donde aparecía una bestia de nombre Pegaso. Me puse a leer sobre dicha rareza y me topé con la historia de Belerofonte. La historia me gustó, especialmente por como acaba su…

-Oiga, usted, – interrumpió por primera vez Don Francisco -ya se me hace muy extraodniaria su historia Belerio.

A ver, ¿cómo acaba la historia de ese personaje?

-Pues, el tipo ya que tenía todo lo que un hombre puede desear, tuvo ganas de querer más. Quiso subir al Monte Olimpo, y lo intentó, pero Zeus no dejó que sucediera. Lo tumbó del lomo del caballo alado y cayó de vuelta a la Tierra. No se murió, pero su calidad de vida no fue pues, tan genial nunca más.

-Y, perdón por preguntarle caballero, pero ¿cuál es la parte que le gusta de la historia? – Don Francisco indagó perspicazmente causando risas entre el público.

Belerio se detuvo un poco reflexivo al respecto y concluyó – Pues, supongo que esa parte de andar arriba de un caballo que puede volar- pausó y el entrevistador y espectadores le miraban con sospecha y agregó a los segundos de pensarlo que sí, básicamente era por eso.

Los asistentes estallaron en risa y Belerio y Don Francisco se voltearon a ver complacidos del espectáculo.

-Pero bueno, yo siempre pensaba que tenía un tumor cerebral, pero mis amigos me decían que era la crisis de los cuarenta.

-¿La crisis de los cuarenta? ¿Pero eso le decían? ¡Increíble!

-Sí, sí, Don Francisco, da un poco de risa, ¿verdad? Incluso, fui con un conocido que es neurocirujano y cuando le sugerí la idea me dijo que tras explorarme no encontró nada sugerente, sin embargo, me dio una orden de resonancia magnética. Eventualmente me realicé el estudio sin urgencias de mi parte y cuando se lo mostré al medico éste se disculpó conmigo casi al grado de dejarme la cirugía gratis.

-¿La cirugía gratis?– sorprendido intervino el anfitrión, -y oiga usted, cree que ese vale por cirugía gratis, ¿sea transferible?-

Los asistentes se reían desde sus butacas entretenidos y Belerio con su dedo índice en su barbilla contestó – si, yo creo que sí. Lo habló con el doctor, pero yo digo que, si yo le digo, dirá que sí-. Belerio quitó su rostro serio y pensativo y se dejó llevar en un acceso de risa que contagió al público.

-Que personaje este Belerio amigos. Qué personaje- reconoció Don Francisco.

-Yo le dije al doctor que estaba bien, que no se preocupara. Y tras la noticia realmente me fui sintiéndome bastante contento. Él dice que eso no debería de hacerme sentir así, pero yo me preguntó, ¿por qué no?

El público de nuevo llenó de vítores el espacio del escenario. Don Francisco empezó a finalizar la participación.

-Quiero agradecer mucho a Belerio por acompañarnos. Espero yo y su medico se equivoque y le quede mucho tiempo mas de vida. Pero sólo si así será de feliz el resto de ella. Compren su libro mas reciente “Sin dientes”, que trata de… ¿De qué trata Belerio? Diles.

-Es, pues, una narración de cuando me saque todos los dientes con alicates con la ayuda de uno de mis amigos que no creía que eso no me haría infeliz. Fue hace un mes y medio de eso y pues no me hizo. Quizá a otras personas si los haga, pero gracias a mi tumor, puedo decir que fue una experiencia gloriosa.

Don Francisco y el publico guardaron silencio a excepción de unos cuchicheos, pero nunca la sonrisa de Belerio desapareció. En verdad se le veía feliz.

Créditos de la imagen: Pixabay, Fotomek, https://pixabay.com/photos/discussion-chair-conversation-6124030/

2 comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.