Category: XLV Edición
Cotidiano
XLV Edición¡Chau, Marcela, hasta mañana! Con esas palabras despido a la última de mis alumnas, tomo el bolso que dejé en un rincón y vuelo hasta el Jardín de Niños que queda a dos cuadras a recoger a mis propios hijos.
Ella tiene cinco años y me charla todo el camino. Que hizo un dibujo con crayones, que Tomás le pegó a Lea y que jugó con Luli al huevo podrido. Su hermano tiene dos y le cuesta caminar las seis cuadras hasta la parada, está cansado. De a ratos lo llevo de la mano. Medio caminando y medio a upa. Hoy el bolso pesa […]
La violencia del amor
XLV EdiciónSiempre pensé que era mejor enamorarse por primera vez cuando eres adolescente que cuando eres adulto. De hecho, es fácil para mí saber quién ya se ha enamorado antes y a quien ha apagado su velita.
Ese amor que quema el estómago cuando un desplante, que la separación momentánea angustia, que te baja de peso, que te vuelve inútil o enferma, que te asfixia. Ese amor violento que requiere que seas supervisada por alguien más antes de que lo pierdas todo por seguir adelante con las ideas más irracionales […]
Descafeinado
XLV EdiciónRecuerdo encontrarme en la cafetería de la calle Belgrano leyendo el diario del domingo y escuchar a Nelly, la camarera, hablando con fuerte angustia del tema. Manuel fue su compañero en el colegio, con quien supo entablar una fuerte relación en los últimos años de la secundaria. Era hijo del dueño del almacén más antiguo del pueblo, quien había fallecido a temprana edad, producto de un accidente ferroviario.
Había crecido con el sueño de ser periodista. Su fanatismo por el fútbol le había teñido la idea […]
Jano
XLV EdiciónSiempre fui y creo que seré una persona solitaria. Como resultado de ello decidí conseguir todos los libros posibles en mi haber. Cada página era una nueva perspectiva de las cosas. En mi búsqueda encontré un libro bastante peculiar, inmediatamente llamó mi atención, la pasta era dura, las hojas bastante amarillas y el título en la portada decía Tempus: búsqueda infinita.
Tomé el libro, escogí una página al azar y decidí comenzar la aventura. Página noventa y siete y, lo que estoy a punto de narrar […]
Se fue el campo, qué pesar
XLV EdiciónGritando pasaba el señor Horacio todos los días justo después del amanecer con su leche recién ordeñada. Tenía un pequeño lote con cinco vacas. Él, junto con la señora Rosa, eran los únicos campesinos que quedaban en el sector, rodeados ya de edificios: una avenida que le pasaba por el frente al señor Horacio y que doblaba por donde la señora Rosa, un centro comercial, una escuela que llenaba de ruido la zona a la hora de la salida más que de la entrada, un vendedor ambulante que ofrecía desayunos desde las 5 de la mañana […]
El niño del mar
XLV EdiciónEl muchacho se lanza en un destello y atrapa con los dientes la langosta. Hoy, la comida está asegurada. Se ha caído de un barco, tal vez, pero no se ahogó, no murió ni por el hambre, ni por la sed. La corriente lo ha llevado, junto con todos los objetos abandonados en el océano, hasta una extensión de basura flotante, de plástico y madera, que las corrientes han formado en el océano. Las olas llevan hasta ahí todo lo que flota. Árboles arrancados por las tormentas de los arrecifes de coral y también casas enteras, desarraigadas por los maremotos.