Vendedores de Historias

Hace unos días fui testigo de como un escritor se inventó una historia y la vendió en diez días. No me refiero a un libro.
Eso nos llevó a platicar sobre crear narrativas, verbalizarlas y ser tan bueno que los demás se las crean. A mí en particular me cuesta trabajo decir algo que no es parte de la narrativa mental que tengo. Para contar una idea, primero tengo que pensarla varias veces, vivirla hasta apropiarme de ella. Contar historias se trata de eso, y me pregunto si quien escribe puede saber la diferencia entre lo real y lo que se inventa. Yo me perdería en ese laberinto de ficciones.
Hay algo diferente cuando yo me salgo de mi propia realidad, eso sí me gusta. Creer que hay más que lo tangible, pensar que hay una dimensión distinta a la que percibimos y que se convierte en ideas atrevidas y peligrosas. Aprendí a soñar, a viajar a los mismos lugares, a ser consciente en mis sueños. Y entonces la narrativa aparece y el peligro acecha, pues me creo la historia de que mis sueños son lo que pasa en otros universos y que es a través de ellos que puedo conocer esos mundos. Y entonces deseo durante el día que llegue la hora de dormir para poder soñar y vivir otras vidas en otras realidades. Peor aun cuando sueño a un ser querido que ya no está, esa es la prueba máxima de que mis deseos se proyectan a través del sueño, puedo sentirlo, olerlo y escucharlo. En ese momento cada segundo de sueño es como nadar contra corriente tratando de evitar que el agua te lleve por otro camino. Ese momento es cuando más he creído en mis propias mentiras, es cuando más he deseado seguir soñando. Pero esa narrativa que me inventé me sana y me libera. Así al escritor, sus palabras son cura, y si es muy bueno, lo serán para el lector.
Vi como un escritor vendió una historia, se vendió una historia a sí mismo. Y es así que desde que se la compraron, cada vez que sale a correr, los perros lo persiguen e intentan morderlo.

^{Créditos de la imagen: Pixabay, JHNexus, https://pixabay.com/photos/santa-monica-pier-street-vendor-1052267/}

Amparo

Atrapada en el presente, amando el pasado y ansiosa por el futuro.

Editora de La idea lista