LXIII Edición: Temporada de lluvias

De oro vivo

–A ti te lo cuento porque tú eres la persona que más me comprende:

Parecía un aerolito o una estrella fugaz, todos lo vimos aterrizar en plena zona deportiva. Estábamos de vacaciones y era primoroso ver que de la cúpula del cielo se desprendía una estrella llamada helicóptero y llegaba a la Tierra, cerca de nosotros.

Cuando aterrizó todos dijimos: –Vayamos hacia donde llegó, seguro que encontraremos al menos el hoyo que produjo al “caer”- y lo encontramos, era una cavidad de veinticinco metros de largo por quince de ancho y por dos de profundidad, en la que reposaba una esplendorosa agua, muy brillante, con reflejos dorados, calientita: la alberca donde competiríamos.

No deberíamos tocar aquella alberca, sólo admirar desde las gradas a quienes en ella estaban sumergidos. Pasamos como espectadores una hora, ovacionando a quienes entrenaban; contando chistes y jugando, pues todos éramos jóvenes; al fin me decidí a mirar de cerca a alguien que estaba sumergido y me era atractivo. Bajé hasta el andén de la alberca, ese nadador estaba tibio y suave. Yo misma traté de sacarlo de ahí llamándolo con mis dos manos, me dio algo de vergüenza, pero también me atrajo. Estaba moviéndose, como si fuera un tritón gigantesco pero no escamoso; era liso y brillante, suave al tacto. Comenzó a hablar… lo solté inmediatamente y él, ya afuera de la alberca se irguió, estiró su figura y nos enseñó su garbo, era del tamaño de un joven cualquiera, bueno, un poco más alto, y nos miraba tiernamente. Por toda ropa traía un calzón ajustado, unas sandalias, una gorra y unos googles. No tenía vello, sólo su piel dorada, lanzando destellos. Cuando se quitó la gorra vimos una cabellera como recién cortada meciendo ricitos sobre la frente y los oídos.

Estaba absorta, admirándolo, petrificada y él habló, en nuestro idioma, le entendimos perfectamente, –Mi nave se evaporó toda, pero bien puedo respirar, el oxígeno de la Tierra me hace bien. Vengo de la Nube de Oort, ella es un capelo con el que la naturaleza cubrió a todo el Sistema Solar. Vine a casarme.- Dijo al mirarme a los ojos.

Me parecía un extraterrestre, porque sus ojos relampagueaban a través de pestañas que agraciaban su cara morena, color que contrastaba con el color azul clarísimo de sus ojos. Bajó de los cielos en ese helicóptero que bien hubiera podido ser un platillo satelital.

Sé que te gusta mi relato, estás muy interesado y te lo estoy contando para que ya empieces a entrenarte en el mejor de los deportes, que es la natación:

Así comenzó la danza de mil reflejos, unos días eran brillantes y dulces, otros llenos de inquietudes porque el noviazgo es así. Es la época en la que se cree conocer al ser que nos atrae y en que la desilusión por no conocerlo nos invade y hace sufrir.

El noviazgo es un subibaja de emociones, porque se sienta el novio en el pináculo del amor y al segundo siguiente, la novia ya está ahí trepada pero también el amor hace que el sufrimiento invada, cuando la emoción deja al enamorado fijo en la tierra y se ve a la pareja tan alta, tan inalcanzable, que los suspiros no le llegan.

Yo seguía admirando ese cuello poderoso, esos pectorales duros y vibrantes, esa cintura reducida y esa espalda dorada por el sol, que se traslucía de su camiseta deportiva.

Nuestro noviazgo se prolongaba porque los dos éramos deportistas, competíamos en natación y las olimpiadas estaban cercanas. Él quería sacar medallas y yo también. Pero no por eso dejábamos de soñar y así como él me contó que había llegado de la Nube de Oort, yo le comenté cómo me había salido del Paraíso Terrenal, para llegar única y exclusivamente al deportivo donde nos convertirían a él y a mí, en campeones.

Es muy fácil pasársela en el hogar paterno, cuando papá trae el dinero que se necesita para que los hijos estudien, se paseen, practiquen deportes y puedan ir a museos a contemplar el arte cuantas veces lo deseen, a eso se le llama Paraíso. Es muy fácil sólo recibir de los papás su amor y las comodidades que nos brindan, lo difícil es corresponder y llevarles buenas calificaciones, y hasta quizás, una medalla de… por lo menos tercer lugar. ¡Es tan fácil ser feliz en el Paraíso cuando mamá nos lava la ropa y la acomoda en los cajones!

Por eso me salí del Paraíso, y estudiando el bachillerato y entrenando en el deportivo, se me iba el tiempo de día. Ya en la noche, antes de dormir, lavaba toda la ropa de mis dos hermanos y la mía, para que mamá sí estuviera en un pequeño Paraíso.

También mi novio, el que vino a aterrizar desde la Nube de Oort, se salió de su edén, para que su papá no tuviera la obligación de pagarle todos los gastos, se consiguió un trabajo por pocas horas, y con su sueldo pagaba sus útiles escolares, los de la profesión de astrónomo y los de su entrenamiento.

Las piernas más fuertes de todos los competidores fueron las de mi novio, estaban tan duras, flexibles, y tan bien torneadas que ganó el oro en la modalidad de nado de mariposa, el más difícil de cualquier competencia, porque la patada debe ser poderosa.

Su cuerpo modelado en el gimnasio es ejemplo a seguir, porque los músculos no sólo se alimentan con comida, también deben recibir buena oxigenación y eso se logra con respiraciones perfectas, las que la natación proporciona. El nadador o respira bien o ¡se ahoga!

Los músculos también se alimentan con el descanso, horas reglamentarias de diversión tranquila, y horas reglamentarias de buen sueño. Dormir es la clave de la sanidad del aparato muscular.

Mira y admira: éstas son las dos medallas que ganamos ese año en las competencias.

Ya sabes, con ese hombre, hecho de oro vivo, me casé, es tu abuelo. Mira sus fotografías, reluce porque fue hecho por la naturaleza, con oro vivo.

REFLEXIÓN: Soñar es poner la dicha en cada minuto de nuestros días.

Créditos de la imagen: Pixabay, Elf-Moondance, https://pixabay.com/illustrations/swimming-swimmer-pool-race-athlete-7004451/

1 comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.