La swinger del abuelo
XL Edición06 de diciembre de 2021¡Toc! ¡Toc!
– Tocan la puerta, están llegando.
– ¡Pasen!
– ¿Tu nombre?
– Flor.
– ¿Y el de él?
– Rob.
– ¡Continúen, bienvenidos!
– Van llegando más.
– Me llamo: Facundo y ella Violeta.
– ¿Y tú?
– Esmeralda.
– ¿Y él?
– Tomás.
– Ya llegan Monserrat y Paco.
– Están llegando Sandra y Adrián.
– Con nosotros estamos completos.
– ¿Qué música suena? ¡Está rica!
– Estamos escuchando a Sharon Jones. En el bar de la sala hay vinos y cognac, mezcales y otros tragos.
– Quítense la ropa, se puede dejar en el sofá rojo.
– Rob mira cómo la cabellera de Violeta le cae de bien sobre sus preciosos senos. ¡Facundo está muy bien dotado! Su pene erecto debe de medir más de veintidós centímetros y tiene muy buen grosor.
– ¿Tú qué opinas, Esmeralda?
– Creo que las nalgas de Sandra están grandes y fuertes, ¡uy! el Adrián tiene vellos por todas partes, está bien mullido, apenas para este friíto.
– Ya estamos entrando en calor.
– Apaguen la luz, todos al centro de la sala, con nuestras voces nos diferenciamos, cuando estén todas las parejas mezcladas, nos auto nombramos con nombres de animales.
– ¡Vamos, vamos, continuemos!
– ¡Me llamo Burro y yo, Elefanta!
– Con esos nombres, vayan a la king size.
– Nosotros somos Ratón y Gata.
– Les toca en el sótano, en el colchón inflable.
– ¿Quién más?
– Vaca y Cerdo.
– Para la cocina, encima de la mesa donde se preparan las carnes.
– Esto está buenísimo, qué parejas tan sustanciosas.
– Bisonte y Jirafa, así nos llamamos.
– Pues lo más parecido a una llanura es el patio trasero, diviértanse en el columpio.
– ¡Qué se nombren las últimas dos parejas!
– La Cabra y el Perro.
– Por las escaleras a la azotea, allá hay un cómodo petate.
– Y ahora la pareja más vibrante: la Gaviota y el Colibrí, a revolotear por todas partes.
– ¡Todos a la acción total, con todas las ganas!
– ¡Pasión, pasión!
– ¡Uyuyuy qué sabroso!
– ¡Esperen, esperen! ¡Un momento, pongan mucha atención!, ¡silencio, silencio!
– ¡Hay algo raro en las paredes!
– ¡Están golpeando detrás de ellas!
– ¡Miren, miren bien, está alumbrando la imagen de la Guadalupe!
– ¿Cómo que de la Guadalupe?
– Sí, de la virgen que hay en la pared, ¿no la vieron al entrar?
– ¡Ahí está otra vez!
– ¿Qué es eso? ¡Qué miedo!
– Está proyectando un holograma, tiene forma de santo.
– Le alumbra la cabeza.
– No, no, es la calva, es el alma del abuelo Arnulfo.
– Nos quiere decir algo, ¡pongan atención!
– ¡Qué susto!
– Creo que dice que están profanando su hogar.
– ¡No, no, no! ¡No digan eso!
– Ya apareció todo el cuerpo, se quitó la túnica, quedó encuerado.
– ¡Lo que está diciendo es que quiere participar, que no se quiere perder la fiesta!
– ¿Qué nombre de animal le ponemos?
– ¡Ya sé, ya sé!
– ¿Cuál, cuál?
– El promiscuo tlacuache.
Me gusta el trabajo en grupo, en bola, en combo, en gallada.
Me gustan las orgías literarias.
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