Mictlán

La idea de la muerte del mexicano ha sido su método de resistencia ante la modernidad y muy posiblemente esto mismo sea su pase de vuelta hacia sí mismo.

Para todo ser que no cargue este imaginario, el mexicano por su comportamiento le representa la muerte. ¿Qué es lo que habita en ellos entonces?

El imaginario de este sector pareciera que todo lo sostiene, pareciera que es orgánico, todo lo acepta, nada juzga, es como un ser inmanente con el que se mantiene una conversación y que en los momentos más ilusorios o nihilistas te encuentras hablando con él.

El mexicano burlón del que hablaba Paz se derrotó a sí mismo para burlarse de la muerte y de todo aquel que se niegue a morir. Se burla de la postura, del que busca ser, del que imponiéndose busca reiterar lo que no es, reiterar lo que se resiste a morir.

Se burla de las narrativas, de la reproducción, del que tiene demasiada fe, porque está lejos de su aura y esto lo hace perderse, se debilita, por esto son seres asexuales: mujeres que reaccionan no como mujeres ni como hombres, hombres que no habitan la masculinidad sino en una estratósfera donde caminan sin que sus pasos se escuchen.

Toda moda es absorbida, toda tendencia, todo disfraz, mientras ellos van derecho caminando hacia la muerte burlándose de toda regla, usando la vida sabiendo que el valor de todo nunca cambia, sólo somos nosotros que apartamos la mirada.

La muerte da cierto valor, la negación de sí mismo hace la prueba de sí mismo, la negación de Dios da la prueba de Dios. La burla de la muerte.

Todo lo que México tiene lo encontrarás después de tu muerte, después de salir del lugar donde naciste.

Y bueno como el tema de esta edición era la frase de programación: “lo que me motiva a escribir”, para mí es lo lejos que están muchos contemporáneos, pues el catolicismo virreinal los ha dejado llenos de tanta vida según esto.

^{Créditos de la imagen: Pixabay, esudroff, https://pixabay.com/photos/sunset-sun-clouds-hiking-landscape-3070125/}

Aguilar

Todos los caminos llevan al mar.