El registro de parte del concierto brindado por Lluvia de Palos, hace ya algunos años, funcionó en aquel ya medio lejano momento como la oportunidad de resolver -a partir de las limitaciones en el recurso para producir este video- el compromiso de este registro con un plano secuencia durante la ejecución musical, con la cámara siempre en movimiento y en mano y con la presencia de un sonidista, Chucho Sánchez, que caminando atrás de cámara iba estableciendo diversos ejes para la recepción del audio interpretando los movimientos de cámara. La resolución final ya en la posproducción fue posible gracias a la tecnología digital del montaje no lineal y entonces la cuestión, como con el uso de filtros y de cambios de velocidad, dar un énfasis dramático en ciertos momentos del discurso musical. No había conocimiento previo de la rola, no hubo varias tomas, sólo una -por supuesto y obviamente- sin ensayos, así que fue una experiencia que creo, transportada al terreno de la construcción de un discurso audiovisual, de lo más cercana a la improvisación musical.
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