LXIII Edición: Temporada de lluvias

Somos animales

Pensaba que no éramos más que animales, sin ninguna particularidad más que la de destruir todo lo que nos hace bien. No, descubrí que sentimos, que podemos sentirnos felices cuando vemos sonreír a los nuestros y nuestras. También descubrí que tenemos un vínculo profundo con la naturaleza, hemos perdido esto porque nos hemos trasladado a zonas urbanas y nos volvimos una especie sedentaria, obesa y conformista. Pero en realidad sentimos el aire que respiramos, saboreamos la comida que viene de la tierra, el jugo de los mangos y la carne del aguacate o el mamey.

La intensidad de la energía que existe entre personas que se piensan, todo el tiempo, vuela y se siente también. Pasa que cuando piensas en alguien, con quien no hemos hablado hace mucho tiempo, de pronto, ¡te contacta! Esto no, no es casualidad… ¡es la energía del pensamiento!

El ejercicio es ahora, visualizar a esas personas que amas siendo siempre felices, riendo y amando. ¡Lo sentirán! Lo prometo que lo sentirán, no tener miedo a pensar en querer desinteresadamente es parte de los procesos de restauración del alma. El pensamiento es lo más poderoso de esta especie que somos, el deseo y el dolor (no físico) son algo sólo nuestro.

Créditos de la imagen: Proporcionada por la autora.

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