LXIII Edición: Temporada de lluvias

Mujer reclinada

Cuando estás conmigo lo eres todo, cuando no estás conmigo eres nada.

En la cantina me di cuenta que la añoranza del pasado, como “La época” es un border; no es importante el lugar ni la visión romántica, o las prácticas que le daban peso a ésta: la prostitución, la homosexualidad, la violencia normalizada que figuraban un tinte aparente de libertad, sino la perspectiva que tenemos ahora de ella. Eso le da cabida a nuestra neurosis y a todas nuestras deudas internas, el border que tenemos con el tiempo.

Tal vez por eso le gusta tanto México al que nació fuera de este imaginario, porque siente que traspasó la barrera del tiempo y regresó a lo que tanto ama, a su pasado, a lo que no dio, a lo que no ha vivido. El tiempo.

Otro border que vivimos es el género, estamos desconectados del tiempo pues solo está nuestra neurosis; estamos desconectados del espacio porque nos rehusamos a vivir en estos cuerpos, como mujeres y como hombres, el hombre solo queriendo ser más hombre y la mujer queriendo ser la única mujer, maltratamos el espacio.

El border es el contorno cultural lejano que nos define como figura, lo que nos demuestra lo que no somos y lo que no seremos.

Separados vivimos.

Créditos de la pintura: Mujer Reclinada. (1917) Egon Schiele.

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