LXIII Edición: Temporada de lluvias

Esas ganas

Esas ganas, esas ganas que pueden contra todo, que destruyen todo, que se colocan encima de todo. Todavía no quieres, le dices que se espere un poco, al menos hasta llegar a la cabaña, pero no, tú no escribiste las reglas. Faltan quince minutos para el destino y, cuando no han pasado ni dos, ya no puedas más. El cuerpo tiembla, se aprieta, respiras más profundo, extiendes los brazos, flexionas las piernas, lo traes de regreso a una estabilidad momentánea. Sabes que no hay un límite claro, pero no está de más retarlo. Todas las mañanas, al despertar, mueves las piernas y te bebes un café de golpe, una rutina diurética que te permite sentarte en la taza del baño en menos de quince minutos. Ya es un ritual y de simple practicidad. Cuando se alcanza el objetivo, el resto de la jornada es un descanso. No más presión, sólo una espera tranquila hasta la tarde en la que los movimientos intestinales regresan. Por si acaso es mejor hacerlo parte del rito, porque conoces las razones detrás de los rituales, no es sólo por joder. Y continuamos en el mismo camino. En la mayor parte de los días, la costumbre es ley, pero hay unas fechas revolucionarias en los que el orden ya no le importa a nadie. Y no son ni las diez de la mañana y el cuerpo quiere que uno vaya al baño de nuevo. Ahí sí que hay que parar todo, detenerse, planear las rutas para llegar rápido porque si uno quiere decidir al momento, hora exacta y espacio, uno se sienta y nada más no pasa nada. Se hace como que ya viene, pero nada más no llega. -¡Cristo viene!— dice el pastor, pues que se apure porque también tengo que trabajar y no puedo andar cargando con el baño a todos lados. Además, con el intestino ya purgado, uno adora y se alinea con todo mesías que se le coloque enfrente. Querer ir al baño y no poder sí es un mal de los grandes. -¡A echarle ganas!— Y con fe, que todo salga antes del mediodía, que uno recupere la confianza y se dé la salida sin demora. Dejar todo dentro de la taza, salir limpio, sin ninguna cuenta pendiente, un nuevo comienzo.

Créditos de la imagen: Pixabay, manfredrichter, https://pixabay.com/photos/short-time-alarm-clock-alarm-clock-3156248/

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