LXIII Edición: Temporada de lluvias

El camino de la cruz

El camino de la cruz me lleva a pensar si esta expresión cultural de la religión católica es un simple recuerdo del pasado, de aquel que fue condenado inocentemente o me adentra a una reflexión profunda del sufrimiento humano.

Guardemos silencio y escuchemos. Se oyen los pasos de los que van cargado el peso de la injusticia. Se escuchan los martillazos del exterior que son la voz de los pueblos aterrorizados por el narcotráfico, vidas inocentes perdidas. Los gritos de las mujeres violentadas, las voces de nuestros hermanos periodistas callados cobardemente. Los latigazos de la gente desplazada y sin empleo. Miro también a María la Madre que camina despacio acompañando al Hijo. Y no puede dejar de pensar en la madres que sufren la pérdida de un hijo, que violentamente les han sido quitados cuando salieron un día de casa y no los volvieron a ver. Las madres que claman justicia por sus hijos injustamente encarcelados o simplemente porque han caído en las adicciones por gente sin escrúpulos que comercian sustancias nocivas o por los que son reclutados involuntariamente para delinquir.

Suena exagerado, oigo decir, y logro percibir en las miradas de los que me escuchan extrañeza, incomodidad o un simple movimiento de cabeza que no sé si es de crítica o aceptación. Pero si llevas prisa, no importa, no te detengas, sigue tu camino, no me pongas atención. Encontraré quién sí se detenga y me acompañe en este viacrucis de la vida.

Porque aún sigo escuchando las voces de niños maltratados, abandonados. La risa, burlesca del que calumnia en las redes sociales y del judas que traiciona al amigo.   Seguimos con la cruz acuesta de la violación de los derechos humanos y de los principios de la libertad, de las voces minoritarias que se imponen ante la mayoría. Miro la desnudez, la desnudez de la necesidad del anciano abandonado, del que vive soledad y del que se encuentra en depresión.

¡Cuánta dolencia! ¡Cuántos enfermos!

Y la turba sigue gritando, la turba de los inconscientes que buscan aliarse para sacar beneficios por encima del bien común; sin querer darse cuenta de que muchos pasan hambre y sufren las consecuencias de las guerras. No nos dejemos persuadir por las voces sin conciencia crítica, por los grupos de poder. No olvidemos que los poderosos mataron a Jesús de Nazaret. El poder que se había unido, la religión y la política.

Aun así tengo la esperanza en el camino de la cruz, en el que dos personajes valientes desafiaron la actitud arrogante de los guardias malhumorados y se acercaron hasta el crucificado: el Cirineo y la Verónica. El Cirineo lo ayudó a cargar su cruz y la Verónica le limpió el rostro en el que goteaba la sangre a causa de la corona de espinas.

Ya no logro oír a los soldados. Después del temblor que estremeció la tierra ha vuelto la calma, un silencio invade el lugar.

El camino de la cruz es un instrumento de redención y de esperanza, es signo de vida. En tantos países –y también en mi patria- hay la costumbre de que cuando el día de Pascua se oyen las campanas, las mamás y las abuelas llevan a los niños a lavarse los ojos con el agua, como signo para poder ver las cosas nuevas. Te exhorto a dejarte lavar el alma, lavar los ojos del alma, para ver las cosas bellas y hacer cosas bellas. ¡Y esto es maravilloso!

Te invito a que te atrevas a ponerte en camino de cambio, a que nos atrevamos a actuar a que no nos lavemos las manos como Pilato. El viacrucis es una historia que se actualiza todos los días. En el camino de la cruz se ve reflejada la debilidad del hombre. Construyamos juntos una sociedad justa y fraterna, colocando lo mejor de nosotros mismos. No lo olvidemos, seamos agentes de cambio en nuestro entorno  familiar, social y religioso. La cruz es signo de reconciliación con el creador, con nosotros mismos, con los humanos y con todo el orden de la creación en medio de un mundo marcado por la ruptura y la falta de comunión. El camino de la cruz también nos enseña que la humillación se cambió en exaltación, la derrota en victoria, la muerte en vida.

 Cambiemos nuestro entorno…

 ¿Te anotas a marcar la diferencia?

Créditos de la imagen: Pixabay, KLAU2018, https://pixabay.com/illustrations/crucifixion-jesus-christ-easter-7109460/

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