LXIII Edición: Temporada de lluvias

Cuerpo creativo

¿Quién eres y para qué estás en el mundo?
¿Qué le da sentido a tu vida y a tus amaneceres?
Acaba con tus dudas y tus deudas,
con los temores y quizá errores,
¿cuáles son los paisajes que te habitan y te mantienen preso?

Acaba con la risa del fantasma y con el eco del dolor
¿quién eres y por qué eres?

Perdónate,
sé que habitarte, a veces duele.
Sin embargo,
la vida vibra, fluye, continúa y se suspende cual arena dentro de reloj.
Te descoloca y reubica.

CUERPO,

templo de vida, cruzas fronteras, te desangras y me miras,
difuminas improntas y liberas viejas heridas.

II
Trazo entre las longitudes y latitudes que habito,
la delgada línea entre lo efímero y lo perpetuo.
A diario,
me descubro y reinvento entre orografías que se transforman en el transcurrir del tiempo.

Delineo el contorno de mi TERRITORIO:
soy ese fuego que emana en la calidez de un beso o un abrazo,
CUERPO CREATIVO
agua salada en los ojos de mi madre,
remolino entre los hermanos,
tierra firme de los amigos,
remanso de los niños.

Soy CUERPO CREATIVO:
eco y contenedor de emociones.
Ojos,
un par de estenopes que permiten mirar el amplio espectro de colores, contemplar la luz cada día y leer el mundo.
Manos,
entramado de líneas que dibujan caricias, escriben versos y dimensionan formas genuinas.
Pies,
Pilares que sostienen y movilizan a la mujer que soy.

Cuerpo creativo,
sabes de los golpes de mis amigas, del llanto de cada herida,
y, en suma, de las cicatrices de la vida.
Sabes pelear con furia, trabajar con fuerza y sanar con inteligencia.
Correr por Reforma, transitar la periferia, permitirte conocer y disfrutar cualquier tierra.

Sabes que, en mi voz, anidan los silencios de todas:
el sollozo ante la maternidad no concedida,
el lamento ante el aborto inesperado, así como el alivio del electivo.
Mi voz,
sabe del grito ahogado ante cada acto que se ha vivido,
y nos ha atravesado.

III
Hoy,
ya no soy la del silencio tatuado,
la de la violencia normalizada en su entorno,
mujer de improntas en la piel,
de sobresaltos…

Hoy,
corto con el hilo de la memoria que me sujeta al pasado,
desnudo mi cuerpo y lo despojo de cada letra que se quedó presa cual estigma de dolor.
Hoy,
borro cada palabra enunciada maldiciendo mi condición de mujer.
Hoy,
ya no me vulnero ante las miradas lacerantes o morbosas. Aquellas que buscan trazar las líneas de mi cuerpo para conocer las dimensiones ocultas debajo del ropaje.

Hoy no soy, ni seré estadística silenciada.
Hoy,
trasciendo la memoria de mis ancestras.
Hoy,
libero a mi linaje del silenciador perpetuo,
de la mirada y el cuchicheo de una sociedad incómoda ante lo evidente.
Y siembro la semilla para que mis descendientes nunca más callen.

Hoy,
he reconfigurado cada centímetro de mi cuerpo,
le he dado voz a cada silencio ahogado en llanto, enojo o frustración.
Cada herida, se ha vuelto memoria y cicatriz que va sanando.

Hoy,
permito que cada caricia se torne con calidez en mi ser:
los labios, los relieves de mi cintura, las caderas… y la piel,
mientras se dibujan nuevas formas de galaxias.

Cuerpo creativo…
atrás, queda ya, el olor de los recuerdos dolorosos.

Créditos de la imagen: Pixabay, JerzyGorecki, https://pixabay.com/photos/mirror-woman-portrait-browsing-1433023/

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