LXIII Edición: Temporada de lluvias

Hope será su nombre, le dijo el mar

El mar le habló a Natalia, una noche al despertarse repentinamente de esos sueños que desde pequeña la asechan. Sueños acompañados de movimiento involuntarios de su cuerpo mientras duerme, quizá provocados por el cansancio físico y mental al que siempre se expone, nunca dice lo que realmente piensa a nadie.

Esa noche soñó que abría la puerta de su habitación, totalmente blanca, en la cama la recibían dos niñas preciosas, ambas con una cabellera rubia, abundante y rizada. Le gritaban – ¡mamá! – Para ese entonces, su primera hija no había nacido, es más ni si quiera estaba embarazada. Pero la vio, tiempo después cuando nació su primera hija, era igual a una de las niñas, la vio en sus sueños, hasta antes de nacer.

Natalia llevó una noche a su hija al golfo pérsico, no se veía nada en el mar, pero el agua las acariciaba con su tibieza, después de un día de 40 o 45º C , esa noche el mar le habló a Natalia. El, el indescifrable mar, sin genero le hablo, siendo ella capaz de ver el ruido de sus olas y sentir la fuerza que ejerce la belleza de la luna sobre el.

El mar, le dijo – la niña que viste se llama Hope, y su yo fuera ella te diría cosas al oído, te diría que ustedes los humanos me navegan, pero no me dominan, que la costa es solida, pero si así lo quiero la convierto en líquido como lo he hecho con ciudades enteras. Que dentro de mi cuerpo fluye la vida, que todos son hijos míos, que ustedes salieron del liquido y que fueron anfibio – Natalia no creé lo que oye del mar, el mar repite – yo proveo de alimento, yo soy vida, en tu cuerpo y en tu sangre corre agua también, soy omnipresente, me escuchas, pero no me ves, en mi profundidad hay vida oculta. Aunque me sangren, escavando el petróleo, con sus maquinas sin vida, sigo siendo el poder de la tierra – Natalia, sacó a Helen asustada del mar. Pensando que quizá el mar se creía también con el derecho de tomarlas, con el único fin de demostrar de lo que es capaz, pensó – debo dejar de subestimarlo, es tan poderoso, tan lleno de vida – Su hija se fue con su padre, se fueron a otro país, Natalia se quedó a solo 5 kilómetros del Golfo Pérsico.

Natalia cree haberse enamorado del mar, cierta energía de calidez fluye cuando ella pasa las tardes en su costa leyendo, escuchándolo, sintiéndolo y bañándose, siente algo que no sabe como identificar cuando ve sus costas infestadas de turistas, siempre prefiere estar a solas con el, en la oscuridad con la luna o en las orillas inexploradas. Algo que no logra entender es como la humanidad no ve su grandeza, se somete a la idealización de otros humanos, pensando que quizás ellos son los guías o los dioses. El mar, la luna, el sol, la tierra, el aire y los astros son la verdadera representación de la vida y la grandeza, de la energía y lo omnipresente, nosotros los humanos somos solo una bacteria, nuestro tiempo de vida para ellos no representa ni la temporalidad de un suspiro. Su longevidad es nuestra eternidad, ellos y en particular el, el mar, existe desde que existe la tierra, la galaxia y muchas otras cosas más. El mar es tan sabio, ¡Ha visto tanto! ¡Tantos años de vivir en continuo movimiento! Vio como fuimos sociedades nómadas y ahora, pobres de nosotros, sociedades sedentarias, monógamas, religiosas, sin conciencia de lo que realmente somos, bacterias destructoras…organismos insípidos y para nada misteriosos, predecibles y aburridos, casi todos iguales, con necesidades creadas en base a nuestro confort y bienestar, con miedo a arriesgar y perder. Natalia esta embarazada de Hope, su padre y su madre, Natalia sólo es la portadora de la semilla, su verdadera familia es la luna y el mar, que esa noche de temor, cuando ella salía corriendo la semilla fue sembrada en su vientre. Hope será el nombre de esa criatura extraordinaria. A donde sea que ella vaya, la luna cuidará sus noches, el sol se encargará de ella de día, mientras que el mar le cantará día y noche, la bañará con su tibia agua y la acariciará, la proveerá de alimento y líquidos, nunca la abandonará. Estará en su consciencia, en cada lagrima y en cada sorbo.

Proporcionada por la autora.

Créditos de la imagen de portada: Pixabay, johnnyjohnson20430, https://pixabay.com/illustrations/post-impressionist-post-impressionism-1428129/

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