LXIII Edición: Temporada de lluvias

Fútbol es familia

Fue un 3 de febrero del año 2008. Mis dos mejores amigas y yo nos encontrábamos en Times Square, en el centro de Nueva York, en un viaje escolar. Salíamos de ver una obra de Broadway, cuando de repente todo el lugar festejaba, gritaba emocionado y había globos azules por todas partes. Los Gigantes de Nueva York le habían ganado por primera vez a los favoritos, Los Patriotas de Nueva Inglaterra en el Súper Tazón. La cara del mariscal favorito de todo Nueva York, Eli Manning, invadía todas las pantallas del lugar, tomando su trofeo con orgullo. Mi maestra de inglés, ávida fanática de los ganadores, nos invitó a todos en un paseo por limosina por Nueva York para celebrar la victoria de su equipo favorito.

Ése fue mi primer encuentro con los Gigantes de Nueva York. Sin embargo, no fue mi primer encuentro con el futbol americano. Mi abuelo había sido mariscal de campo del equipo de los Pumas en la Universidad Autónoma de México. Mi papá era un entusiasta fanático de los Vaqueros de Dallas. Mi mamá estaba enamorada de Joe Montana de los 49s de San Francisco. Todos mis tíos veían religiosamente los domingos a los Vaqueros constantemente perder. Toda la vida tuve contacto cercano al futbol americano, sin embargo, no lo sentía como algo mío. Acompañaba a mi papá a ver sus partidos y me emocionaba con él por un equipo del que no sabía el nombre de ninguno de sus jugadores. Era la única manera de estar cerca.

Tres años después de aquel Súper Tazón en Nueva York, conocí al hombre que ahora es mi esposo. Resultó ser otro entusiasta del futbol americano y gran admirador de los Gigantes de Nueva York. Cuando le conté que yo había estado en la ciudad donde había ganado su equipo favorito me dijo que era una señal de que nosotros debíamos de estar juntos. Tenía en mí un poco de la victoria de aquel equipo. Un mes después de que me pidiera ser su novia, los Gigantes volvieron a ganar por segunda vez al mismo equipo en el Súper Tazón. A partir de ese momento supe que este sería nuestro equipo, nuestra tradición, y por primera vez me emocionaría por mi misma y no por alguien más.

La primera vez que fuimos juntos de viaje, fue a Nueva York a ver un partido juntos. Mi perro tenía su propia playera de nuestro equipo. Mi boda fue un día entre semana para que al día siguiente nos pudiéramos ir mi esposo y yo de luna de miel nuevamente a ver un partido juntos. Cuando anuncié a mis amigos y familiares que estaba embarazada de mi primer hijo, lo hice con una playera diminuta de los Gigantes de Nueva York. Embarazada, fuimos a un partido y fue la primera vez que los vimos ganar en vivo. Mi bebé nació al principio de la temporada del 2016 y yo le daba de comer explicándole al recién nacido todas las jugadas de nuestro equipo. La segunda vez que los vimos ganar en vivo, iba embarazada de mi segundo bebé en el año 2018. Me gusta pensar que mis hijos iban como amuletos de la suerte porque nunca más los hemos visto ganar estando ahí. Nunca más han estado ni cerca de volver a llegar a una semifinal, han perdido constantemente, sin embargo, ahí estamos año tras año vitoreando a nuestro equipo. Ver a los Gigantes, juntarnos con amigos para ver el Súper Tazón, convencer a mis hijos una y otra vez que se sienten conmigo un rato a ver un partido se ha vuelto parte de mí. Tenía conocimientos sobre el deporte al haber vivido toda mi vida inmersa en él, sin embargo, estas nuevas tradiciones, este ritual que mi esposo y yo hemos creado todos los domingos del mes de septiembre a febrero, es una de mis cosas favoritas de nuestra relación. El futbol americano se convirtió en un integrante más de nuestra familia, y los Gigantes de Nueva York son una extensión de nosotros. Hay un anunció americano que dice justo eso, ‘El Fútbol es Familia’, y la mía no estaría completa sin nuestros Gigantes perdedores.

Créditos de la imagen: Pixabay, KeithJJ, https://pixabay.com/photos/football-american-football-referee-1473730/

3 comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.