Lágrimas negras

En medio de la noche, en un estado de somnolencia, trato de escuchar lo que mis padres platican. Dormimos todos en el mismo cuarto donde también es sala y es comedor. Hablan ya muy tarde de cosas que no desean que me entere porque soy pequeña, pero yo paro bien la oreja. En el fondo, se escucha música ambiental, el programa de la XEB, “La B grande de México”, con su programa “Serenata XEB”. El locutor de voz elegante y seductora lee las cartas que el público envía. Los mensajes me distraen de mi labor de espía.

-Aquí tenemos la carta que le envía Juan a su amada Celia: corazón, no he tenido ocasión de verte, sabes que el trabajo me lo impide, me han cambiado nuevamente de cuartel, pero sabes que te amo, que te querré siempre, te dedico “Cien años” con Pedro Infante. Con gusto, Juan, acá está lista tu complacencia: “…Y si vivo cien años, cien años, pienso en ti”

Espiando de este modo me enteré de que mi padre estaba en problemas con su taller. Ese taller de torno con muchos obreros, maquinaria rusa y una promesa de que le darían un contrato por largo tiempo con una empresa del gobierno. Al parecer, la última era falsa; y la maquinaria estaba a crédito.

“Noche de ronda, qué triste pasas, qué triste cruzas por mi balcón, noche de ronda como me hieres, como lastimas mi corazón… que las rondas no son buenas, que hacen daño, que dan penas y se acaba por llorar”

-Hemos escuchado, en la portentosa voz de Toña La Negra, esta canción que Margarita le dedica a su novio Julián quien no ha respondido a sus misivas. Esperamos que a través de Serenatas XEB, Julián escuche el mensaje de su novia. Servida, querida Margarita.

Poco tiempo después mi madre anuncia a papá que está embarazada. Dice que está feliz, pero su llanto es triste. Papá la consuela, la alienta, le promete que todo va a estar bien. No importa si en este momento el taller está en crisis: – Pero mujer, ¿acaso no hemos estado siempre juntos, como lo prometimos al casarnos? ¿En las buenas y en las malas? Mamá solloza más quedito.

– Anastasio, nos pide complacerlo con “Historia de un amor” interpretada por el ídolo de Guamúchil, Pedro Infante.  Se la dedica a Paula, leemos en su carta: querida Paula, no supe comprender tu amor y hoy que dices que te irás, sólo puedo agradecer el tiempo que estuvimos juntos, la nuestra, como dice esta canción, “es la historia de un amor como no hay otro igual…”

Mi padre está enfermo de algo grave, se lo acaba de decir a mi madre. No alcancé a escuchar de qué, pero dijo que era algo “crónico”, que nunca se le iba a quitar… mi madre solloza con mucho dolor. Por primera vez escucho también sollozar a papá.

“Nosotros, que fuimos tan sinceros, que desde que nos vimos amándonos estamos, nosotros que del amor hicimos un sol maravilloso, romance tan divino; nosotros que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes más, no es falta de cariño, te quiero con el alma, te juro que te adoro y en nombre de este amor y por tu bien, te digo adiós”. – En la voz de Eddie Gormé y Los Panchos, escuchamos la canción del compositor cubano, Pedro Junco.

Papá está muy enfermo, el taller ya quebró y sus familiares, en vez de ayudar fueron a la rapiña, se llevaron muchas cajas con herramienta. El contrato de largo plazo con la empresa de gobierno fue un timo y la maquinaria embargada. Mi madre casi a punto de dar a la luz y no tienen lo necesario para recibir al bebé. Ahora yo también lloro debajo de mi cobija, ahogando mi sollozo en la almohada. Al fondo, el Trío Matamoros, la última complacencia de la noche:

“Sufro la inmensa pena de tu extravío, siento el dolor profundo de tu partida. Y lloro sin que sepas que el llanto mío tiene lágrimas negras, tiene lágrimas negras, como mi vida”

^{Créditos de la imagen: Pixabay, Mailay, https://pixabay.com/photos/retro-old-radio-air-broadcast-4524569/}

Rosario

Artesana de paz y facilitadora de diálogos. Amante de las buenas historias en todas sus versiones.

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