LXIII Edición: Temporada de lluvias

Ajeno

Hace un año fue la última vez que vi a mi ‘apá:
tenía tierra en los ojos,
el alma rota
y le faltaba la mitad de su brazo derecho.

Dicen que La Bestia se lo comió.

Queríamos que se quedara con nosotros
acá en el pueblo,
pa’ que viera crecer a mis hermanitas
y pa’ que mi abue’ le diera su última bendición;
pero las tripas de mi ‘apá
gruñían como perros peleando por un hueso.

Dicen que La Bestia siempre tiene hambre.

Ayer los hombres de las trocotas negras
me ofrecieron trabajo:
yo me eché a correr, me encerré en la casa
y me quedé calladito… calladito…
Ojalá hubiera apoyo.
Ojalá nunca vuelvan. 

Dicen que La Bestia siempre tiene hambre.

Aquí el sueño es ajeno
y la sed constante: hay que aguantarse
y ponerse bien al tiro,
si no a uno le roban hasta el nombre.

Dicen que La Bestia siempre tiene hambre.

Antier la poli’
encontró a cuatro señores llenos de sangre
y sin zapatos y sin aliento
cerca de las vías por las que aún pasa el tren.
Ojalá hubiera apoyo.
Ojalá nunca vuelvan.

Dicen que La Bestia siempre tiene hambre.

Queríamos que mi ‘apá nos llevara con él
allá lejos del pueblo,
pa’ que mis hermanitas vieran los parques verdes
y pa’ que mi abue’ descansara en paz;
pero faltaron tripas
y huesos y gruñir más fuerte que un perro flaco.

Dicen que La Bestia se lo comió.

Hace un año fue la última vez que vi a mi ‘apá:
tenía tierra en los ojos,
el alma rota
y le faltaba la mitad de su brazo derecho.

Créditos de la imagen: Pixabay, Jaguar Cat Black, https://pixabay.com/photos/jaguar-cat-black-nature-animal-3764824

3 comments

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.