LXIII Edición: Temporada de lluvias

La dama de las camelias

Los cuerpos giran, vuelven a girar, los cuerpos se separan, regresan, se alejan. Se mantienen unidos a través de las manos, los cuerpos se desdoblan hasta el piso, se incorporan, se acercan hasta tocarse piel con piel.

El son nos tiene a todos encendidos.

A golpe de montuno las parejas se contonean, es pura alegría. En el bosque de mujeres y hombres aparece ella. Le dejo una mirada, me deja una mirada, las parejas bailando nos ocultan. Cuando cambia la cadencia, vuelve a aparecer entre el tumulto, parece que está más cerca, giran las parejas, ahora está más lejos, no la veo pero su aroma me llega, lentamente dentro del barullo, comienzo a seguirla con mi olfato, veinte cuerpos adelante en el centro de la pista la encuentro.

Lleva el pelo trenzado y en cada trenza una linda Camelia, ella sostiene el ritmo del montuno, las mujeres y los hombres se intercambian para danzar con ella, su aroma invade todo el salón, su vestido ligero y ondeante es de color amarillo con estampado de Violetas, en los pies zapatillas negras de correa con hebilla, tacón alto. ¡Nos tiene hipnotizados!

Ella es el son, lo encarna, lo contiene, después lo transpira, lo suelta, lo goza, lo rumbea, lo deja ir por ahí.

Me dejo llevar, me entrego, se empareja conmigo, me guía con sus manos, doy giros, enrolla mi cuerpo, me desenvuelve, me vuelve a enrollar, estoy en sus brazos, conjugamos nuestras piernas, nos songoroteamos sin parar.

Mi ser se disuelve, se va, transmuta en ella, con ella, mi bella Margarita.

Créditos de la pintura: The Panel Discussion (The Lovers), 2018, Rebecca Leveille.

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