Ella… su teatro callejero
XXII Edición15 de febrero de 2021Se lanza desde lo más alto del encino, mientras sigo con mi mirada su vuelo. Creo que no lo va a lograr. Transcurrieron unos segundos interminables y, como una gran trapecista, cae justo en los tres centímetros de diámetro que tiene el cable.
Ahí comienza una travesía desparpajada, alegre. Después de veintisiete metros de arte equilibrista salta al hule frondoso que está en la esquina de Guanajuato y Córdoba, toma un ligero descanso, se trepa a la cuerda del cableado telefónico para cruzar contra esquina, llega a su centro de provisiones: el anhelado Guayabo que por esta época tiene unos cuantos cientos de frutos.
En medio de tanta abundancia se toma su tiempo, se acicala, revisa su dentadura, olfatea. Comienza la selección de sus manjares.
Va por el ramal de la derecha, llegando bien al borde. Allí arranca dos frutos, uno cae, el otro se lo queda, se regresa al tronco central, salta al parasol del restaurante de la esquina. Deposita su selección.
Regresa al Guayabo por la rama sur, trepa rápidamente hasta lo más alto, llegando a la copa, ahí se topa con un racimo de ocho Guayabas, las mordisquea, entonces llueven frutos hasta la banqueta, más bien pedazos de frutos hasta la banqueta.
Brinca al brazo norte, lo recorre veloz, se encuentra de cara con el mejor fruto de la cosecha, está por completar su ración del día.
Como la tarde está soleada se recrea a su gusto. Después de observar que no hay depredadores cerca, se encamina sobre las cuerdas hacia el Oriente en busca del Roble que nos da sombra, en una danza de quince metros alardea, exhibe su cola, erguida, tupida de visos grises y blancos. Comienza a practicar rapel sobre el hermoso y fuerte tronco, llegando hasta el dosel.
Prepara su festín, termina la degustación de frutos escogidos, luego arranca bellotas del Roble. Las deja caer sobre las cabezas de los paseantes, ¡le atina! Golpeando unas diez o doce cocorotas, satisfecha de su despapaye y agradecidos por alegrarnos la tarde, retorna de cable en cable y, de árbol en árbol, antes de caer el sol.
Créditos de la imagen: Diucón, obtenida de Wikimedia Commons.
Me gusta el trabajo en grupo, en bola, en combo, en gallada.
Me gustan las orgías literarias.
Texto grácil y rápido como una ardilla. Gracias por las imágenes
Guau ¡Muy bien! muy ágil pluma… felicidades.