El pájaro carpintero
IX Edición (Temática: Vejez)17 de agosto de 2020Dicen que observar pájaros es una actividad de viejos, que se necesita persistencia y sentarse en un asiento por largas horas y no moverse. Además, a los jóvenes les da flojera porque todavía prefieren estar de pie y perseguir a las ardillas o a los perros. Observar animales, en general, sirve para matar tiempo. A veces, por las tardes, cuando comienzan a acercase uno coloca una cámara en un punto fijo y espera a que el pájaro vuelva a pasar por el mismo sitio. Si ya se acostumbró a una rama es garantía de que va a regresar. Para eso están las sillas cómodas de jardín que se desdoblan y permiten descansar los brazos, para sentarse y esperar como aquellas dos personas que observaban todas las mañanas a un pájaro carpintero perforar un tronco. Mientras llegaba, una hojeaba el periódico y la otra dibujaba mariposas con acuarelas.
Una vez me tocó ver a los zanates volar en hordas sobre el parque central de la ciudad vecina y acercarse a un niño vestido de piñata que se encontraba de pie sobre una de las esquinas. El policía daba el paso a los transeúntes y unos jóvenes estudiantes caminaban vestidos con cubrebocas frente a la presidencia municipal. Traían algunas mantas con demandas escritas. En esa calle sucedían frecuentemente acontecimientos diferentes, por ejemplo, cambiaba su sentido de circulación. A veces hacia el poniente, a veces de ida y vuelta, a veces cerrada para los automóviles en cualquier sentido. El niño vestido de piñata parecía otro pájaro. Supongo que se estaba preparando para el carnaval. Dicen que la noche suele ser para los jóvenes pero la verdad no, los estudiantes ya se veían cansados y el cartón del disfraz del niño se estaba rompiendo. Repito, la noche es de viejos que se sientan en las bancas de los parques porque no tienen sueño. Hay algunos que ni lo intentan antes de la medianoche. Ya saben que van a dormir sólo tres o cuatro horas, así que mejor ajustan el horario para despertar con el amanecer y no antes. Es tedioso permanecer acostado, prender el radio y entretenerse con cualquier cosa hasta que el resto de las personas despierten. Se les hace rutina. Una vez que empieza alguna transmisión se siguen. Los que no pueden evitarlo se la llevan con calma y esperan a que salgan los pájaros de los nidos. No se necesita demasiada ciencia, sólo años. Cuando se llega a viejo se sabe que las aves hacen más ruido en el amanecer. En cambio, los que despertamos más tarde con suerte escuchamos al carpintero pegar contra un tronco a las diez de la mañana pero desconocemos los movimientos de las otras especies de su tipo. Por ejemplo, ¿qué joven conoce el nombre de los pájaros que buscan lombrices? ¿O de los que buscan las semillas en los campos de cultivo recién mojados? Así que no es que la ornitología sea aburrida y sólo nos entretenga cuando estamos viejos, es que no la entendemos hasta que envejecemos o hasta que vuelan sobre nosotros las hordas de zanates y se detienen sobre el cartón roto del niño vestido como piñata o se confunden con los cubrebocas de los estudiantes que caminan con sus mantas.
Crédito de la imagen de portada: Pixabay
Adrián Hernández Santisteban
Letras tropicales
Editor de La idea lista
Mi abuelo les daba a los pájaros migas de pan. Se le acercaban muchos porque casi ni se movia después de que lanzaba las migas al suelo. Para entender a los pajaros hay que tener un bien escasísimo, tiempo paciente. Mi abuelo lo tenía de sobra.
Este texto se siente incompleto. Parece la entrada de algo más grande. A seguirle trabajando y adelante!
Interesante sin duda, felicidades por continuar con este trabajo.