First Memory of a Shapeshifter
IV Edición08 de junio de 2020[Traducción al español disponible]
Living by the sea, having water as a landscape will let me wander around other places in the mind. New place for living, new sounds and songs that will be my every night lullaby, the buzzing of the wildlife, the new voices of the people, liquid hitting solids like a drum in an endless music session, the warmth of the solitude compared to the cold of the crowds. The rhythms, the paces of people on the wet sand, the sun’s mirror hitting the waves at night. It looks that after eleven years of moving fast and pushing strong comes a time for nature to push for me, for nature to let me know other times, other common questions or catch phrases, other scary things and catastrophes to be afraid of, other alarms to have in the head. Different food and flavors, different surfaces to land on, the same people in different moods, willing to rest their neurosis in the shape of vacations.
Until now, illusion has been in front of me more than other times, apprehending realities have become a constant desire, turgencies moving along the waves is my new scenery. All my mornings stand between two rocks, two boundaries, two surfaces. On one side there’s the rock that I live in, on the other there’s the one that could mark my death. The impact of water against the earth, the lightning bolts against the ocean, the bodies defying the sunlight, the struggle of my eyes with the horizon.
The people you get to see and smell, you perceive their sweat, you wonder about the fears they’re running from, the views they’re hiding from, the places they’re escaping… The beach reincarnates people, the sand provides the new hideout for their beliefs. No need for new clothes, the sun discolors them, the moisture and salty breeze damages the fabrics. Little by little, the music session of the waves also weakens your mind, your body, your joints. Hit after hit you feel the noise blocking your ears, lips do not synch with the sound that comes from the mouths of living beings.
Everybody hides…
Primera memoria de un metamorfo
Vivir a lado del mar y tener al agua como paisaje me permitirá deambular por otros sitios de la mente. Habitar un nuevo lugar con arrullos nocturnos emanados de nuevos sonidos y canciones, el zumbido de la fauna, nuevas voces en la gente, golpes de líquidos y sólidos como una inacabable sesión musical de batería, el calor de la soledad en comparación con al hielo de la muchedumbre. Los ritmos, los pasos de la gente sobre la arena húmeda, el espejo del sol tocando las olas en la noche. Parece que después de once años de movimiento acelerado y un fuerte empuje cedo ante la naturaleza para conocer otros tiempos y presiones, otros lugares comunes y preguntas afines, atenerse a otros miedos y catástrofes, otras alarmas en la cabeza. Sabores y comidas diferentes, aterrizajes en diversas superficies, humores distintos en la misma gente, dispuesta a silenciar su neurosis en forma de vacaciones.
Frente a mí la ilusión ha sido una constante, aprehender las realidades mi mayor deseo, nuevos decorados de olas y turgencias trenzadas en un movimiento. Todas mis mañanas se baten entre dos piedras, dos límites, dos terrenos. Por un lado está la roca en la que vivo y por el otro aquella que podría dar cuenta de mi muerte. El impacto del agua contra la tierra, de los relámpagos contra el océano, los cuerpos desafiando la luz del sol, la lucha de mis ojos con el horizonte.
La gente a la que alcanzas a ver y oler, percibes su sudor, te preguntas sobre los miedos de los que huyen, de las miradas que se ocultan, de los lugares que escapan… La playa reencarna a la gente, la arena provee de una guarida nueva para sus creencias. No hay necesidad de nuevos ropajes ya que el sol los decolora, la salada brisa y la humedad dañan las telas. Poco a poco, la sesión musical de las olas también debilita tu mente, tu cuerpo, tus uniones. El sonido bloquea tus oídos con cada estruendo, no hay sincronía entre labios y sonidos que salen de las bocas de los seres vivos.
Todos se esconden.
[Traducción del autor]
Parece Ser, en rehabilitación y reconstrucción. Lentes, nariz chueca y dientes torcidos.
2 comments
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Salud por lo poroso, me ha recordado a la brutalmente hermosa película “Annihilation”. Abrazos hasta el pacífico.