Nadando hacia Turcos y Caicos
XXXIII Edición: (Temática: Deportes)09 de agosto de 2021Conozco de algunos deportes. Ascender a una cima sin agua ni bloqueador solar, dos, tres mil metros de altura, sólo por el placer de hacerlo. O correr en círculo por el parque hasta cumplir la hora y que le sigan cien flexiones, intervalos de plancha de pecho, brincos con un solo pie y movimientos de tijera. Subir una montaña, sin detenerse, hasta que las piedras sean tan filosas que traspasen la suela. Ir de cero a cien en menos de 10 segundos. Nadar a brazo limpio hasta las islas de los Turcos y Caicos desde Cuba o Dominicana. Ya las Caimán están más lejos. Sé de buenos deportistas, pero sólo hay algunos que pueden practicar sin recibir premios ni salir en la prensa. Si el dinero repartido entre varios países se mantiene como dinero, entonces el deporte practicado en cualquier país no deja de ser deporte, ¿o sí?
Les garantizaban que el dinero se embarcaría todas las noches para que fuera depositado a las 8 de la mañana en punto. Son negocios de gente seria, el deporte tiene su civilidad y no se le miente al árbitro. Si en la isla de origen el fisco tiene sus dudas, entonces que tenga vigilancia nocturna en el muelle, pero generalmente los movimientos se realizan sin molestar a nadie y bajo libre empresa. Sólo les pedían que el papel moneda no llegara mojado, aunque viajara en hieleras herméticas con olor a camarón. Las pruebas de los bancos son para buscar sangre, no mariscos. En una isla de palmeras no había manera de que oliera a pinos.
Tampoco se iba a molestar demasiado a los contadores, si es mercancía de exportación para que tener registros de lo que se va y no vuelve. Con bolsas de papel para el pan y lazos de yute se amarran bien los fajos, cada uno de la misma cantidad. Nada de origen ilegal, se trabaja de forma honrada. Sólo que se quiere ganar la competencia, pagar impuestos es perder el juego. En una misma ciudad había unos seis jugadores y todos competían desde la misma playa. Equipos así no sobreviven con gerentes de un lado y capitanes del otro, a veces toca arremangarse y ponerse de capitán de navío para llevar la delantera. Si otro lleva el timón, se naufraga y, si uno se muere, deja de ser deporte.
Ocho a cero contra el fisco. Ése es el récord, aunque nadie es invicto, tarde o temprano anota el contrario. En una ocasión fue cuando les mandaron a la guardia costera, tienen botes rápidos y los agarraron de sorpresa, pero en general los oficiales son de esos que piensan que el más fuerte es el que gana la competencia, pero no. El deporte es de constancia, se jugará con el cuerpo, pero se gana con la cabeza. Claro que también hay que meterle acción porque si sólo se la pasa uno haciendo reglas para controlar la cancha sin nunca haber estado ahí entonces no está jugando. No piense que va a ganar, sólo vaya y compita. De todas maneras, el buen deportista nunca pierde.
Créditos de la imagen: Pixabay, fietzfotos, https://pixabay.com/photos/flying-plane-clouds-wing-5161241/
Adrián Hernández Santisteban
Letras tropicales
Editor de La idea lista
¡Otros modos de romper marcas son posibles y sin la parafernalia de los Olímpicos!
¡Verdades puestas en buena literatura! Gracias.