LXIII Edición: Temporada de lluvias

Soledades

Deisy

¡Me las va a pagar todas! ¡Ese cabrón! ¡No se sale con la suya de dejarme sola con m´hijo! Ya le dije a mi comadre que iré a romperle los vidrios a la casa donde se esconde ahora; ahí ha de estar con el solapador de Don Juvencio. ¡Qué me importa que el viejo viudo se esté quedando sordo! ¡Qué se joda! ¡Para qué tuvo ese hijo, desobligado! ¡Le romperé los vidrios y veremos si no sale el Josué a darnos el gasto y los libros del niño! ¡Mira que quedarse con los libros de la SEP y m´hijo sin poder estudiar!

Josué

¡Deme permiso de quedarme en la casa, apá! No sabe usté qué clase de mujer es Deisy, mire esta cicatriz que tengo en la espalda, me clavó el desarmador, ¡lo bueno es que no fue mucho, que, si no, me perfora el pulmón! Pus claro que le doy gasto, lo que puedo, porque ya ve que me ha ido mal, ni modo de dejar al niño sin comida, si lo quiero harto, no me gusta que pase hambres. Pero Deisy dice que tengo otra, que le llevo el dinero que tendría que ser del niño… ¡no apá!, ¿cómo pasa usté a creer? ¡no tengo ni chance de tener otra y menos sin dinero! ¿Los libros? ¿Cuáles libros? Si la SEP no ha dado nada porque estamos en pandemia. Tendría que estar loco para quedarme con los libros del niño, yo qué lo quiero si soy re burro. Qué estudie el niño, a ver si él si logra ser alguien en esta vida, no como nosotros, apá.

Juvencio

¡Vecinos! ¡Vecinos! ¡Vengan a detener a esta mujer que me quiere matar! ¡Ya me rompió los vidrios de la casa y dice que me va a atravesar con ese cuchillo! ¡Estoy solo, vecinos, ayúdenme! ¡Llamen a la patrulla, vecinos, por favor!

Toñito

¡Sí, don Juvencio es un viejo solapador, ahí debe estar escondido mi papá! ¡Que salga porque lo vamos a matar!… ¡No, qué mi abuelo ni qué mi abuelo… ese viejo ya no es mi abuelo!

Patrullero

¡Calma vecinos! Ya hemos venido varias veces por lo mismo y les digo que no podemos llevarnos a la señora por romper los vidrios si el señor Juvencio no pone una acusación. ¿Llevarnos a la señora? No, don Juvencio, si tocamos a la doña, sale contraproducente. Además, la señora trae al niño, ¿cómo me llevo al niño en la patrulla? No puedo, no puedo, ya hemos hablado con la señora, pero no hace caso; al niño ya lo tiene bien adiestrado, usted don Juvencio, diga al papá que dé la cara… ¡Uy!, pues si ya se fue a vivir a otro lado, ¿qué más podemos hacer nosotros?

Créditos de la imagen: Laura Kraft, Signs of vandalism (broken window), https://www.flickr.com/photos/gtzecosan/5792874120

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