LXIII Edición: Temporada de lluvias

Just for tonight, enseñanzas de la noche y del consuelo

Mientras lees este texto, necesito que escuches “Habbaitak Be El Saif” de Fairuz.

Estoy ahí, mirando el río, a mi alrededor no hay comunidad, ni grillos, ni luz de luna. A cambio, moscas, moscos, olor a agua estancada, una serpiente y así la insuperable y resistente noche. Ésta me llega todos los días, opaca y desaparece al sol.

Superando mis miedos, lo primero que hice fue no ver más videos en Instagram de Aljazeera y la infancia en Gaza. Qué me hacen esas imágenes, por dios, me han llevado a una depresión, a grito de auxilio, estaba intentando superar una crisis de algo que nunca fue mío y un exceso de apego. Intenté todo, por ahora la micro dosis de psilocibina me deja funcional, pero me vuelve más sensible. Comienzo el tratamiento y empieza la guerra, esas imágenes no salen de mi cabeza en la noche, suenan sus canciones, las voces de su gente, pienso -¿Todos lo ven?–. Es una esquizofrenia mediática, morbo, dolor, depresión… quiero ir.

Que, de toda esta guerra, renazca el arte, una resistencia, caigan sistemas, se reproduzca el amor, se reforeste el Amazonas, que yo pierda mi ansiedad, que mi hija me diga que me ama por primera vez, que se vayan mis pesadillas de la mitad de la noche, que la luna sea mi amiga y no mi causa de insomnio. No termino de perder cosas, olvidar otras… Es chistoso pero estando en Latinoamérica, siempre que pierdo algo pienso que me lo robaron.

Hablemos de ti un poco, no sé si en realidad te gusta la música que escucho, lo que escribo, lo que soy y lo que no quiero ser… pero siento que lo puedo compartir. La verdad es que siento mucha vergüenza por lo que no he podido hacer, esta crisis me ha llevado a avergonzarme del ejercicio de lo que se llama derechos universales, cómo poder comer y dormir en un lugar sin ser bombardeado. Me lo pregunto todo el tiempo -¿qué podemos hacer por la humanidad sin también ser protagonistas?-. No quiero causar ningún tipo de incomodidad política o social, sólo a su vez quiero gozar y vivir estos momentos llenos de sube y bajas emocionales.

Aquí en este río, entre el Chocó y Buenaventura, pienso mucho -¿de dónde viene el mercurio que se usa para la minería ilegal?-. Imaginarme que entran litros de mercurio para explotar el oro de los ríos, -¿de qué parte del mundo viene?-. Después, casi todo el día puedes escuchar las motosierras sonando todo el día. -¿A dónde va toda esa madera que llega al puerto diario?-.  Increíble, que todo siga y que nada pare, y tú -¿dónde estás?-, ¿te preocupas igual?-. No, estás ahí hablando sobre por qué el Medio Oriente no puede llegar a la Paz Total, mientras te bebes un gin con una rodaja de limón. Te quiero decir algo, el tiempo ha pasado muy rápido y todo se me escapó de las manos, fluidamente fui enamorándome del confort de las noches y ese calor me dio consuelo en mis atormentadas pesadillas.

Como un sueño exótico y algo imposible sigo ahí, congelada en el tiempo con la única ilusión de poder ver el eclipse, es tan fuerte esto que a veces me atormenta que sólo escucho tu voz en la mitad de la noche, diciendo… -shh shhh-, -I’m here, I’m here-  pero dime, -¿qué es eso que tanto me atormenta?-. El otro año intentaré por fin hongos o quizás ayahuasca, hablaré con mi mente, le diré de todo eso de lo que quiero sanar y entonces nos conectaremos. Será una sincronía y una melodía que hasta ahora mi mente jamás ha escuchado. Entonces, decidí escribirle a la noche también, haré un pacto en el que, a pesar de que en este momento no seamos amigas, y porque es muy que la noche es ella, le he pedido me cuide y que no me destruya.

Créditos de la imagen: Tania Feral, Sin título

2 comments

  • Yareni escribió

    Creo que somos hijas de la noche, a veces nos zarandea y nos muestra nuestros peores miedos. Y, cuando llega el día, no podemos detener el mundo, ni nosotros podemos frenar por esos miedos. Pero es posible detenernos a escuchar, a escribir, y escribir sobre esas pesadillas es un instrumento más de lucha.

  • Francisco escribió

    Muchas gracias por tu texto. Pienso que es uno muy honesto. Me quedo pensando en la escena del gin con la rodaja de limón, y pienso que en esa escena es que asumes la contradicción de habitar un mundo en constante catástrofe pero en el que también tenemos nuestra cotidianidad, y en la cual también suceden cosas bellas; recuerdo una estrofa de “Anthem” de Leonard Cohen: “There is a crack, a crack in everything
    That’s how the light gets in.”

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