Ojos de rata
LV Edición10 de octubre de 2022Salí de la casa después de besar en los labios a Yolotzy y abrazar los perros, subí al coche con mi lata de cerveza enorme y me la bebí de grandes tragos porque no cabía en el porta vasos, no almorcé nada excepto eso, o más bien comido, ya que mi turno de trabajo empezaba en la noche y me la había pasado toda la tarde dormido. Había soñado con un asesinato y un rito satánico con peluches de Satanás y la pretensión fallida sobre una mujer de cabello naranja que salía antes que yo de unas oficinas enormes de concreto, no podía seguirla porque su jefe iba acompañándola, me quedé con la esperanza de entregarle los peluches para que quizá se suscitara un pacto de sangre, creo que había matado a su madre para poder quedarme con el alma de su hija para siempre, pero una estúpida alarma me despertó en la vida real y ya no pude quitársela de las entrañas.
Me fui manejando muy sueltamente por la avenida, arrebasando autos y camionetas, personas y motocicletas, brincándome algunos semáforos en rojo para poder llegar a tiempo al trabajo, me sentía como una rata corriendo velozmente por las coladeras que me llevaban hasta la alcantarilla donde me iba a quedar doce horas de mi vida a practicar como destruir al mundo con la producción de los materiales impresos que algunos días en el futuro iban a estar infestando los basureros, pero que me iban a dar dinero para gasolina y seguir viendo el mundo a través de ojos de rata, bebiendo sueños, soñando cervezas, sangrando señoritas en mi imaginación, deseando muertes de niños, de hombres, de mujeres, de animales, de mí mismo, y riéndome a carcajadas tras chistes mensos que se presentan en mi día a día.
Se ha muerto la Reina Isabel II, Dios salve a la reina, el show debe continuar, hay más muros que destruir, más personas pobres que reportar. Más amor por servir en bandeja de moteles, más delirios por migrañas que disfrutar.
Créditos de la imagen: Pixabay, Kapa65, https://pixabay.com/photos/rat-curious-color-rat-rodent-cute-4265354/
En 2021 se publica el primer libro de John Magno, Idiota como un pez, que presenta relatos de corte imaginario y medianamente extraños. Ganador del IV Concurso de La idea lista “Muerte y naturaleza” con su texto Vagabundus.
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