El jardinero noble
XXIII Edición (Temática: Flores)01 de marzo de 2021Comenzaba la primavera y los parques del pueblo lucían encantadores. La abundancia de flores de todo tipo, abriendo sus pétalos, embellecían lo que Don Benito, el jardinero, llamaba “sus jardines” aunque, en realidad, pertenecían a la municipalidad. Destacaban las orquídeas, los tulipanes y las rosas; había también anémonas, lirios, peonias, hortensias, begonias y amapolas. Los claveles, crisantemos, margaritas, dalias, girasoles, narcisos y petunias abrían sus pimpollos en otra época, pero Benito preparaba sus cultivos para que, llegado el momento, florecieran en todo su esplendor.
Matilda cruzó el portón y le preguntó a la vecina si sabía algo su hija; Rosalba contestó que creía haberla visto caminando en dirección al parque acompañada por Ulysses; seguramente querrían dar un paseo y disfrutar de la belleza de los jardines floridos. La madre de Julieta se molestó mucho; ella no le había dado permiso para salir y, menos aún, reunirse con nadie.
Lorenzo y Simón estaban tumbados debajo de un árbol, reposando. Matilda los llamó y con voz trémula les ordenó ─¡Vayan de inmediato a buscar a su hermana y tráiganla a casa!. Ambos se dirigieron al parque, pero después de recorrerlo y no encontrarla regresaron, “con la cola entre las patas”, para darle la mala noticia a su madre.
Matilda comenzó a preocuparse; anochecía y Julieta no regresaba. A medida que pasaban las horas se sentía cada vez más nerviosa y asustada. De pronto le vino a la mente un trágico suceso… cerca de un año atrás, Sandro, su última pareja, había desaparecido; días después, cerca de un bosque, encontraron sus restos junto a lo que parecían ser residuos de una fogata.
Esperaron toda la noche, pero la joven no apareció. Aunque nadie quería admitirlo, lo primero que pensó la familia fue que, o bien había sufrido un accidente, o tal vez la habían raptado, pero… ¡¿quién querría hacerle daño a Julieta, a quien todos conocían y querían en el pueblo?!
Al día siguiente, Matilda, junto con sus dos hijos mayores y algunos vecinos, salieron a buscar a la joven desaparecida. Mientras recorrían la zona se cruzaron con Rosi y Antón; sus rostros denotaban preocupación. Les preguntaron qué les sucedía, a lo que contestaron que, el día anterior, su hija Lulú había salido en dirección al parque, donde se encontraría con amigos para disfrutar juntos de la belleza de sus jardines florecidos. El problema era que la adolescente aún no había regresado a su hogar.
El grupo que rastreaba a Julieta no podía creer lo que escuchaba… ¡otra joven desaparecida!… ¡¿qué estaba sucediendo?!… ¡¿acaso las habían raptado?! Todos estaban muy asustados. De inmediato los padres de Lulú se unieron a la cuadrilla para salir en busca de las adolescentes.
En ese mismo momento, a pocos kilómetros de allí, por un camino adyacente a la carretera principal circulaba un camión que transportaba, en su enorme caja, una gran cantidad de flores que se cultivaban para hacer los arreglos que luego eran vendidos a las florerías. En medio de miles de pimpollos, sobresalían, apenas, las cabecitas de Julieta y Lulú; estaban atadas por el cuello y se veían aterradas.
De pronto, de la nada, surgió una camioneta; la conducía Don Benito. Siguió al camión por un buen rato, intentando que se detuviera; como no lo hacía, el buen hombre apretó el acelerador y lo interceptó. Una vez que ambos vehículos se estacionaron, Benito salió al encuentro de los dos muchachos que se estaban llevando a Julieta y Lulú; indignado porque esos individuos, además de raptar a dos jóvenes inocentes, intentaban cubrir ese acto vil y despreciable utilizando algo tan bello y prístino como las flores, les gritó ‒¡Libérenlas de inmediato o llamaré a la policía!- Los dos chicos se acobardaron, desataron a Julieta y Lulú y las ayudaron a bajar del camión.
Benito, seguidamente, las hizo a subir a la caja de su camioneta y sin mediar palabra arrancó y se alejó rápidamente del lugar. Poco tiempo después llegaba a su finca; luego de consolarlas les ofreció agua y las invitó a pasar la noche en su granero, donde podrían estar solas, tranquilizarse y descansar sin que nadie las molestara. Al día siguiente él iría a buscar a sus familias.
El grupo que rastreaba a las jóvenes caminó durante horas; cuando ya se estaban dando por vencidos divisaron, a lo lejos, una finca rodeada de jardines colmados de flores. En medio de los cultivos vieron a un hombre. Mientras se aproximaban, Matilda, que tenía buen olfato, exclamó ‒¡Hagan silencio… mi Julieta debe estar cerca de aquí… puedo oler su aroma!. Todos permanecieron quietecitos y pararon las orejas; a los pocos minutos oyeron sonidos que provenían del granero; se acercaron sigilosamente y al mirar dentro vieron a las dos jóvenes recostadas sobre flores de heno; se las veía muy cansadas y sus grandes ojos denotaban miedo y desconfianza.
Matilda, Rosi y Antón se sentían tan felices de haber encontrado a sus hijas y saber que estaban a salvo que, sin pensarlo, irrumpieron en el granero; al verlos, Julieta y Lulú corrieron, contentas, y se apresuraron a describir la terrible experiencia que habían padecido; asimismo, destacaron la valentía de Benito, quien las había librado de un secuestro que no sabían cómo podría haber terminado. Los padres agradecieron al jardinero, manifestándole que se sentían en deuda con él y que nunca olvidarían lo que había hecho por sus hijas. Luego de beber agua y descansar emprendieron la larga caminata de regreso a su morada.
En la puerta de la granja, Matilda, muy emocionada, dio las gracias a todo el grupo por su valiosa ayuda. ―Queridos amigos ―les dijo―, yo he vivido muchos años y he tenido todo tipo de experiencias; conocí a muchos seres humanos y sé que no todos son nobles, pero siempre debemos creer y confiar en las personas porque en el mundo hay más gente bondadosa que malvada. Luego se despidió de ellos y entró, junto a sus hijos, al corral donde los demás bovinos los esperaban, mugiendo de felicidad, para festejar el reencuentro y disfrutar, unidos, de una opípara cena con deliciosos granos y abundante forraje.
Créditos de la imagen: Pixabay, https://pixabay.com/photos/truck-flowers-display-decoration-1691193/
Nació en Montevideo, Uruguay. Violinista de profesión y por vocación, heredó su amor por la música de su madre y sus abuelos europeos. Ha trabajado como músico, tanto en su país como en diferentes lugares del mundo. Le apasiona la pintura, la lectura, la escritura… y viajar. Deseosa de poder expresarse dentro del arte, más allá de la música, ha incursionado en el dibujo y la pintura, y desde hace poco tiempo, como autodidacta, decidió enfocarse en la escritura.
Me encantan las lecturas en.las cuales me parece que estoy mirando una película en las cuales se suceden con claridad los actos Acá imagino al jardinero con mameluco, los colores de las flores….
Y la sorpresa del final !!
Estos cuentos cortos son también un desafío que requiere un gran poder de síntesis.
Felicitaciones por este cuento, los anteriores y los que vendrán!!!
Un cuento que atrapa desde el principio y con un final tan sorpresivo como lleno de ternura. !Felicitaciones, Betty!
Una de las tantas personas que uno tiene de amigo en Facebook y no conoce.
Hoy me sorprendió encontrar, entre las cosas que le llegan a uno de su Perfil, un cuento; y luego me volvió a impactar con su calidad.
Te seguiré para saber de tus éxitos, que los deseo y los doy por seguros.
Un hermoso cuento atrapa te por el desarrollo sin imaginar el final feliz y tranquilizante. Exitos
Inventiva admirable. Buena escritora. Queremos más para seguir disfrutando.
Los finales inesperados a que nos tiene acostumbrados ésta autora, generan el deseo de seguir leyendo más de sus cuentos.
Felicitaciones!!!!
Esperando el próximo.
Perdón, quise poner “querída Betty” y me faltó la ” d”. Errores…..saludos a todos.
Muy buen relato, con final inesperado. Gracias!!
Bravo Betty!!!
Ya queremos leer el próximo cuento!!
Precioso cuento!
Felicitaciones, y a seguir escribiendo!
Bravísimo Betty!
¡Qué hermoso relato con una gran revelación final!
La autora demuestra una vez más una gran creatividad y una poderosa narrativa.
Historia impresionante!!
Hermoso relato de un tema de actual vigencia. A seguir escribiendo. Felicitaciones Betty
Quería Betty, tu natural y expresiva narrativa, es tal cuál, lo han expresado ya por aquí. Siempre en el final…..sorprendes,.Los personajes…ellos lo hacen.
Relato que atrapa y sorprende con un final inesperado. Buscaré otros aportes de esta señora porque me agrada su modo de atrapar al lector.
Muy lindo relato esta autora demuestra una sensibilidad extraordinaria me gustaria leer mas de sus cuentos
Excelente relato de un tema tan actual. La descripción de personajes, lugares y situaciones son tan detalladas que nos transporta en el tiempo y espacio. Felicitaciones Bety a seguir por este
Tema impactante y actual. Ojalá esta situación de secuestros y feminicidio ya desapareciera del mundo. Mientras tanto, como Betty, debemos seguir escribiendo, dando a conocer esta situación tan dolorosa que vive el mundo entero.
Felicidades… texto muy bien logrado.
Intrigante .. muchos aspectos sin resolver que invitan a continuar indagando . Felicitaciones a la autora.
Muy interesante ! Muy buenos relatos, atrapan e invitan a seguir leyendo. Esperamos nuevas publicaciones de este tipo! Felicitaciones
Gran relato, al igual que los anteriores. Es una autora que sabe crear atmósferas, describir sentimientos y acercarnos, con interés, al relato de una forma vívida y realista pero también con un cierto poso de fantasía.
Gran trabajo, felicidades a la autora .
Todos los relatos de la autora son sencillos pero a la vez profundos,con contenidos que hacen que el lector con naturalidad se inmiscuya en ellos.
Ojalá continúe por este camino brindándonos sus frescas y vibrantes temáticas !!
El relato es impactante. Creo que la autora logra un contraste interesante entre el entorno natural, florecido, hermoso, y la crueldad del hecho terrible del secuestro, el cual, simplemente, menciona. No se detiene en explicaciones, ni en detalles. Si esta presentación del drama por unas pocas palabras es un efecto buscado por la autora, pues es muy efectiva. Me gustó mucho. El relato fluye con naturalidad. Espero más cuentos de esta autora