LXIII Edición: Temporada de lluvias

Un perro, un castillo y otros sueños

20 de octubre de 2018

Caminaba a la pizzería que estaba sobre Insurgentes, había quedado de comer con M, llegamos a la casa y nos pusimos a ver Stalker; meses después me soñaba sobre un castillo sin colar, miraba hacia abajo y veía un perro negro recostado sobre sus cuatro patas, alzaba su hocico y lo abría, yo me dejaba caer y antes de ser devorado mis aullidos me despertaban, estaba con A observando un ventana que daba a un profundo bosque, los aullidos nocturnos persistieron por muchos meses.

17 de julio de 2020

Estaba en unas edificaciones que se asemejaban a unos conventos, allí me encontraba con G, D y otras personas; empezábamos a caminar en unas grutas en las cuales había unas pozas de agua cristalina, me desnudé y nadé; de pronto estaba en una casa con un jardín muy amplio, allí hice conciencia de mis dedos, si los retraía, de mis uñas (me las muerdo) salía una energía invisible, volé a muchos lados, en uno de los vuelos llegué a una plataforma en la que había un cristo reclinado sin cruz ¿Jesús? y yo empezaba a cantar un ave maría.

11 de julio de 2020

Un edificio y V a lo lejos, recolectaba hongos que nacían de una cabaña. Lo he visto una sola vez, estábamos con el D en Sófocles 149, entre bourbon y cerveza posaban en una puerta de una casa en París en donde vivió un supuesto escritor que vagaba delirante sobre las calles de cualquier ciudad ¿cuál? no importa, su nombre evoca a un enorme y lúgubre bar de Sanborn’s, que no es más que el mundo que habitamos.

20 de julio 2020

Soñé con una mujer, bastante agradable y divertida, vivía en unas edificios parecidos a Tlatelolco, yo estaba en una situación muy rara, nos gustábamos mucho pero nuestra relación sólo era “profesional”, nos dedicábamos a destrabar coches de las paredes.

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